Recuperación del empleo en construcción y servicios por el aumento de contratos temporales

El empleo registró una cierta recuperación -debido a un notable aumento de los contratados temporales- en el segundo trimestre de este año con la creación de 42.520 puestos de trabajo, lo que supone un fuerte contraste con los 77.000 empleos destruidos en los seis meses anteriores. Este cambio de tendencia en la creación de empleo, confirmado por la reducción del paro en 32.370 personas y el aumento de la población activa en otras 10.150, en el mismo periodo, reflejan la superación de los efectos negativos de la guerra del Golfo sobre la economía española. Sin embargo, el ritmo de creación de empleo y disminución del paro en el segundo trimestre de este año es sólo la mitad del registrado en el mismo periodo de 1990, en que se crearon 74.600 puestos de trabajo y el paro se redujo en 62.000 personas.

Pero los 42.520 empleos creados en este segundo trimestre, sólo neutralizan los 40.300 destruidos en el primero, lo que supone que en la segunda mitad de] año habrá que crear casi la totalidad de los 100.000 previstos por el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, para todo el año 1991 en su última comparecencia pública. Esta cifra supuso ya un notable recorte respecto de los 239.000 empleos inicialmente previstos en la presentación de los Presupuestos del Estado el pasado septiembre.Los servicios y la construcción son los sectores que han imprimido un mayor impulso a la creación de empleo con 75.530 y 17.070 nuevos puestos de trabajo, respectivamente, en este segundo trimestre. Ello ha reducido el. impacto negativo provocado por la pérdida de 44.950 y 5.140 puestos, respectivamente, en la agricultura y la industria.15,9% de tasa de paro

La disminución de 32.370 personas en el número de parados sitúa la tasa de paro en el 15,91%, la tasa más baja desde el año 1982. El mayor número de parados se registra en el sector servicios, 677.140, y en la industria, 325.190.

La sustitución de campesinos y obreros industriales por trabajadores del sector servicios es el aspecto más sobresaliente de la evolución de la población ocupada del último año en la economía española. Durante estos últimos doce meses, la agricultura y la industria han perdido 122.770 y 96.250 empleos, mientras que los servicios y la construcción han ganado 223.400 y 61.260 respectivamente. Sin embargo, se puede considerar como positiva la desaceleración de la destrucción de puestos industriales registrados en el segundo trimestre lo cual puede suponer una suavización de la tendencia que se venía, registrando en los últimos meses. Frente a los 61.000 y 19.000 puestos perdidos en los dos trimestres anteriores, hay que señalar que en el segundo trimestre de este año sólo se han perdido 5.140.

Otro tendencia que ha vuelto a confirmarse en el último trimestre ha sido la sustitución de empleados con contrato indefinido por trabajadores temporales. Durante el segundo trimestre de este año, se perdieron 36.110 empleos fijos y se crearon 82.050 temporales. Durante los últimos doce meses, el empleo fijo se redujo en 105.510 empleos y el temporal creció en 268.500 puestos de trabajo. A finales del pasado mes de junio, la población asalariada española era de 9.384.830 personas, de los que 6.361.270 tenían empleo fijo y 3.018.910 son temporales.

También es un signo positivo la recuperación de 10.150 personas en la población activa, que prácticamente se han distribuido por partes iguales entre varones y mujeres.

Escasa recuperación

Por otra parte, los síntomas de recuperación económica son escasos, según las conclusiones del Informe Económico de la Asociación Española de Banca Privada (AEB). Según este análisis aún parece posible que la tasa de crecimiento del producto interior bruto pueda aproximarse al 3% inicialmente previsto por el Gobierno pero con una composición diferente. El sector exterior, el gasto público y el consumo privado crecerán en tasas superiores a las proyectadas, mientras que la inversión y el empleo lo harán por de bajo.

El citado informe señala como un serio problema el fuerte deterioro del déficit público tanto en el ámbito de la Administración Central como en el conjunto de las Administraciones Públicas. En opinión de la AEB, este deterioro dificulta la deseable distensión en los mercados monetarios y financieros.