_
_
_
_
_

Bloqueada la publicación de las obras completas de Antonin Artaud

La edición de las obras completas del escritor y artista Antonin Artaud (1896-1948) por parte de la editorlal Gallimard permanece bloqueada, a partir de su 261 volumen, a demanda de los herederos del autor, sus sobrinos Serge y Ghislaine Malausséna.El diario Libération explicó, en su último suplemento de libros, la querella que enfrenta a los familiares de Artaud y Paule Thévenin, antigua secretaria y amiga de éste y, desde hace muchos años, cerebro en la sombra de Gallimard cuando de Artaud se trata.

Los familiares desconfían de la exactitud del trabajo de Paule Thévenin y alegan que ellos nunca han podido ver los manuscritos, a pesar de que les corresponden los derechos de autor y los morales. Para Paule Thévenin, no hay que olvidar que si Artaud salió del sanatorio después de siete años de electrochoques se debe a la campaña montada por intelectuales como Paulhan y Adamov. La familia, y al frente su hermano Fernand, fallecido en 1989, no creía que a Antonin le conviniese la libertad.

Cuando Artaud muere, los familiares no encuentran ningún manuscrito en la casa. Paule Thévenin posee una carta en la que el escritor le autoriza a "recibir todas las cantidades que se me daban por la venta de mis libros", documento al que ella no atribuye valor jurídico alguno, pero sí "un valor simbólico: Artaud quería que sus papeles no corriesen peligro y que su familia no tuviera nada que ver con ellos". Y no hay que olvidar que Antonin había presentado a su hermano Fernand a Paule diciendo: "Quiero que mis amigos conozcan a mis enemigos".

Coser botones

Serge Malausséna admite: "Mi familia era decimonónica", pero eso no significa que Artaud amase a Paule: "Ella le ayudó, le cosía los botones, le pasaba a máquina las cartas, pero no significaba nada para él. Ella carece de algún tipo de competencia especial y creer que él ha podido pedirle a alguien que ordenase lo que él escribía en el desorden es anti-Artaud, supone convertirle en un escritor burgués que prepara la edición de su obra y su muerte". Malausséna afirma que Ias generaciones futuras no podrán leer a Antonin Artaud, sino el Antonin Artaud de Paule Thévenin". Sólo si ve los manuscritos, "que parecen salir de la nada", cambiará de actitud: "Si los veo, el tomo 26 puede aparecer mañana mismo".Son muchos los que defienden la competencia de Paule Thévenin, que no quiere aceptar el control familiar: "Se confía en alguien o no".

Pero muchas de las piezas que pudieran desvanecer las dudas de Malausséna ya no existen. Paule recuerda que en la época no había fotocopiadoras y que ciertas cartas, como las escritas desde el sanatorio y luego adquiridas por un coleccionista privado, hoy nadie sabe dónde están. Las copias de Paule son el único rastro. Y ella lo sabe. "Se confía en alguien o no", repite.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_