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Acabemos con Sadam

La negativa de Sadam de dar la información adecuada sobre sus arsenales nucleares y químicos apenas deja otra alternativa a los aliados que la de lanzar un nuevo ataque militar contra Irak. Se ha pasado la hora de las conversaciones y de las presiones diplomáticas. Los bombarderos aliados deben terminar con estas instalaciones de modo que Sadam no tenga ninguna oportunidad de seguir en el poder. No habrá paz ni estabilidad en la región mientras él permanezca. ( ... ) Las sanciones económicas y el aislamiento político han empobrecido al pueblo iraquí, pero tampoco han logrado destronar a Sadam. ( ... ) Si se permite que el líder iraquí sobreviva, las consecuencias para la región serán funestas. Los kurdos sufrirán una represión aún mayor, con la certeza de no alcanzar la importancia necesaria para provocar una rápida intervención de las fuerzas aliadas. Permanecerá el peligro de una guerra con Irán. Y lo que es más importante, Sadamutilizará cualquier estratagema para burlar las restricciones de la ONU sobre el desarrollo del armamento nuclear en Irak. Occidente sólo puede asegurarse de que Irak no será una potencia atómica destruyendo la base del poder de Sadam y atacando las instalaciones nucleares que perviven tras la guerra. ( ... ) Los aliados tienen una segunda oportunidad para terminar el trabajo debilitando a Sadam, de modo que el pueblo iraquí pueda levantarse victoriosamente contra él. Pero tienen que actuar pronto.

, 19 de julio

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