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Obstáculos técnicos para la reunión Bush-Gorbachov

Antonio Caño

Tres pequeños "obstáculos técnicos" separan a George Bush y a Mijail Gorbachov de una cumbre prevista para finales de este mes en Moscú, según el ministro soviético de Relaciones Exteriores, Alexandr Besmértnij, quien ayer empezó en Washington dos jornadas de negociaciones en busca de un acuerdo para la firma del Tratado sobre Reducción de Armas Estratégicas (START).

Las dos partes se sentaron en la mesa con la esperanza de que lo que ha costado nueve años de discusiones en Ginebra se resuelva hoy en la capital norteamericana, a fin de que Bush y Gorbachov puedan firmar en Moscú una sustanciosa reducción de los arsenales nucleares de sus dos países.La negociación ha sido tan larga y el mundo ha cambiado tanto desde que las dos grandes potencias comenzaron las conversaciones de Ginebra que la firma del START suena hoy como algo arcaico, casi irrelevante.

Las relaciones entre Washington y Moscú son en 1991 tan distintas a las de nueve años atrás que hoy parece innecesario que Bush y Gorbachov tengan que desviar su atención de los problemas económicos y políticos en la Unión Soviética para volverse a ocupar de los viejos asuntos de armamento que preocupaban antaño a los dirigentes de las dos superpotencias.

Las dificultades para la firma del tratado START demuestran, sin embargo, que antiguas sospechas permanecen y que desconfianzas superadas no lo están tanto.

Lo cierto es que Estados Unidos y la Unión Soviética quieren dar con mucho cuidado el paso histórico de reducir por primera vez el número de sus cabezas nucleares en los misiles de largo alcance -que de eso es de lo que trata el START- y quieren asegurarse el mayor control posible sobre la capacidad que todavía quedará en manos del contrario -entre 8.000 y 10.000 cabezas nucleares, respectivamente, según cálculos de los expertos en armamento-.

Lo que Besmértnij llama "tres pequeños detalles técnicos" son, en realidad, importantes condiciones de ambas partes para acceder a la información sobre el armamento nuclear del otro lado y para evitar el desarrollo de nuevas armas que rompan el sagrado principio del equilibrio.

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Los responsables militares de ambos bandos pugnan, sencillamente y con la misma desconfianza de siempre, por disponer de la mayor información sobre el contrario y ocultar lo más posible de la propia. Por esa razón las negociaciones están atascadas en la prohibición de la codificación de los misiles -Estados Unidos quiere, por ejemplo, hacer una excepción con su programa de guerra de las galaxias-, en la forma en que se intercambiarán datos sobre armamento nuclear y en las normas para la construcción de nuevos tipos de misiles.

Dar el brazo a torcer

Las dos partes insisten en que estos temas son parte irrelevante del conjunto de las relaciones soviético-norteamericanas en estos momentos, pero nadie quiere aparentar que da su brazo a torcer. El ministro soviético declaró ayer al término de un encuentro de 15 minutos con George Bush que las diferencias son tan técnicas que los negociadores son "rehenes de profesores locos", y anunció que traía una carta del presidente Gorbachov con nuevas ideas para superar las actuales dificultades.Bush, por su parte, agradeció el interés que demuestra Moscú al enviar a su ministro de Relaciones Exteriores sólo cuatro días después de que el presidente norteamericano lo sugiriese, pero advirtió, utilizando el término en latín, que la firma del START era una condición sine qua non para que los dos jefes de Estado puedan reunirse.

"Creo que nuestro interés es mantener una reunión con el presidente Gorbachov en Moscú, porque hay muchos temas de los que tenemos que discutir, pero éste es una especie de sine qua non. Así es que yo espero que lo podamos resolver", dijo Bush.

Lo que Bush está pidiendo en el fondo es una buena dosis de flexibilidad por parte de la URSS en el tema del armamento nuclear antes de abordar el tema de las relaciones económicas, aspecto crucial para Moscú. La presencia en la delegación soviética del jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de la Unión Soviética, Mijaíl Moiseyev, que se había negado a participar en anteriores rondas en Ginebra, hace concebir esperanzas de que se pueda llegar a un acuerdo en Washington. Bush y Gorbachov mantendrán un encuentro con ocasión de la cumbre económica de Londres.

[De todas formas, la agencia Efe en Moscú informó ayer, citando una fuente del ministerio soviético de Exteriores, que la cumbre de los dos presidentes en la capital de la URSS tendrá lugar los próximos días 29 y 30 de este mes.]

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