La batalla contra los 'eurócratas'
"Nos está costando mucho convencer a los eurócratas, los burócratas de la Comunidad Europea (CE), de que los productos de la creación audiovisual forman parte de la cultura y, por tanto, no pueden tener el mismo tratamiento que las patatas. La batalla continúa", afirma el cineasta Juan Antonio Bardem, que aparece entre los cerca de 1.000 autores, artistas y productores europeos firmantes del manifiesto contra la homologación de las políticas nacionales de protección al sector audiovisual, tal como pretende la CE.La inclusión de Bardem en este documento, de clara paternidad francesa y rubricado mayoritariamente por profesionales del cine galo, no se debe a su condición de cineasta español sino, según indica, a su carácter de presidente de la Asociación Internacional de Directores del Audiovisual (AIDAA).
Según Bardem, el documento trata "de salir al paso" de tres temas que obsesionan a la industria audiovisual europea a la par que "chocan contra la filosofía de libre mercado sin límites" de la CE: televisión sin fronteras, libre circulación de los productos culturales europeos y, según sus propias palabras, "la lucha contra los ultracuerpos norteamericanos y japoneses que nos invaden".
El cineasta español detalla que fue Francia, en diciembre de 1989, quien promovió un encuentro del audiovisual en el que, con intervención del presidente Mitterrand, "el propio Jacques Delors acabó reconociendo que los productos audiovisuales no podían ser tratados como simples mercancias. Pero la batalla no está ganada y la CE sigue contraatacando". El planteamiento de los firmantes del manifiesto es el siguiente: mientras no se fortalezcan las cinematografías nacionales europeas, no puede existir un cine europeo. Bardem es tajante: "Estamos en contra del intento de la CE homogeneizar la producción europea y restringir las ayudas de los diversos ministerios de Cultura europeos".
Y el cineasta recuerda la profecía maldita, que todos los profesionales del audiovisual europeo -casi el 80% de los cines y televisiones del continente exhiben mayoritariamente producciones norteamericanas- recitan según se va concretando el mito del mercado único: "El Viejo Continente será, al final, un continente de consumidores de productos norteamericanos y aparatos japoneses".
Babelia
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