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El nuevo impuesto de sociedades mantiene el tipo del 35%

La rebaja de la fiscalidad sobre las rentas del capital prevista en la nueva ley del IRPF es "todo lo que había que hacer" para evitar la huida del ahorro interno y atraer el procedente del exterior. Por ello, el Gobierno no contempla rebajar las retenciones sobre las rentas del capital (ahora del 25%) para hacer frente a la libertad de movimientos de capitales en la CE. Así lo aseguró ayer el secretario de Estado de Hacienda, Antonio Zabalza, quien explicó, por otra parte, que el nuevo impuesto de sociedades -previsto para 1993- mantendrá el tipo del 35%, pero limitará las deducciones.

Esta reforma se pondrá sobre la mesa del pacto social y, en concreto, la consideración de los gastos en formación profesional e innovación tecnológica como deducibles.En el caso de que no se alcance un pacto, el Gobierno puede permitir estas dos deducciones "si considera que con ellas se ayuda a la mayor competitividad de la economía española". Así lo explicó ayer el secretario de Estado de Hacienda, Antonio Zabalza, durante unas jornadas sobre inversión y ahorro en el nuevo marco fiscal organizadas por la Asociación de Periodistas de Información Económica y el Banco Santander en la Universidad Menéndez Pelayo.

La reforma del impuesto sobre sociedades está prevista para el año 1993, aunque no se descarta que entre en vigor un año más tarde si se complica el trámite parlamentario. En la modificación del impuesto que grava los beneficios de las empresas, se mantendrá el tipo actual del 35% porque es de los más bajos de la CE (sólo es inferior en Luxemburgo). Sin embargo, el nuevo impuesto se "limpiará" de deducciones y desgravaciones, que se harán más selectivas.

El 1 de enero de 1993 entrará también en vigor en España la libertad de movimientos de capitales dentro de la Comunidad Europea. La libre competencia para atraer el ahorro provocará que todos los países tiendan a reducir su fiscalidad. Para Antonio Zabalza, España ya ha hecho todo lo que tenía que hacer en esta dirección a través de la reforma del impuesto sobre la renta que, en su opinión, da un tratamiento fiscal más suave para los rendimientos del capital, y así evitar la huida del ahorro interno y asegurar que España sigue ejerciendo atractivo para el dinero extranjero.

El principal inconveniente es que nuestro país mantiene una retención del 25% sobre las rentas del capital, el tipo más elevado de la CE, y que los tipos de interés tenderán a reducirse. Ello en un contexto de libertad de movimiento de capitales, donde el impuesto que no se cobra en la fuente se puede dar por perdido, será un desincentivo claro para que el ahorro se quede o venga a España. Este problema no es todavía contemplado por el Gobierno español, tal como aseguró ayer Zabalza. "La solución sería un acuerdo entre los países miembros de la CE para el intercambio de información en materia fiscal", según explicó.

Zabalza hizo hincapié en que la economía española necesita elevar su tasa de ahorro para tener un nivel de financiación que permita realizar inversiones. En la actualidad la brecha que separa el ahorro de la inversión es de 3,2 puntos y el principal problema viene del sector público. Según datos de Hacienda, el Estado ahorró en 1989 el 15,9% de su renta disponible, mientras que familias y empresas dejaron de gastar el 24,1% de los ingresos. Por ello, la reducción del déficit es una de las políticas más urgentes.

Zabalza, aseguró, "como sociólogo aficionado", que "la gente dejará para después de vacaciones la decisión de acudir a una de las dos vías de regularización", es decir, a declaraciones complementarlas o al canje de pagarés por deuda especial.

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