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El 'narco' Escobar tendrá en su cárcel comodidad sin lujo

En una celda amplia, pero sin lujos ni mayores comodidades, pasará sus próximos años Pablo Escobar, uno de los hombres más ricos y perseguidos del mundo. La vista es lo único espectacular de la prisión que albergará al más poderoso narcotraficante colombiano y a alguno de sus hombres.

Desde los amplios corredores que rodean la construcción se ve, como si estuvieran colocadas a sus pies, Envigado y Medellín. La prisión no tiene ni pisos de mármol, ni yakuzis, ni extravagancias, como pudieron comprobar los periodistas de varios países a los que durante el jueves y el viernes se les permitió visitar el lugar. Desde hace varios días, los enviados especiales de diferentes medios montaron un campamento a tres kilómetros del presidio. Un retén militar les impedía el paso a ese lugar. Desde allí sólo se divisaba una casona, como muchas que existen en esta zona montañosa de Colombia, rodeada de un espeso bosque de pinos y el ir y venir de camperos y camiones de soldados repletos de materiales de construcción.El miércoles pasado, Pablo Escobar solicitó al ministro de Justicia dar permiso a los periodistas para visitar la prisión "antes de ser utilizada por el grupo de personas que vamos a permanecer recluidas allí", para desmentir las versiones que hablaban de un penal de cinco estrellas.

Experto en seguridad

El lugar donde estará Pablo Escobar desde el momento en que se someta a la justicia colombiana es una casona de techos de zinc y pisos de cemento rodeada de amplios corredores. Está dividida en tres bloques separados por rejas metálicas. El primero, que tiene los techos de teja de barro, pues es una antigua casa-finca remodelada, servirá para albergar al personal administrativo. A la cabeza de ellos estará Jorge Pataquiva, un hombre de baja estatura y bonachón con una larga experiencia en el manejo de cárceles de alta seguridad.El segundo bloque tiene un amplio salón que servirá de comedor y de salón de recreo para los reclusos. Allí se colocarán muy pronto mesas de billar y de pimpón y se organizará una biblioteca. En el último bloque hay una celda común y seis individuales. La primera servirá para albergar a 40 prisioneros y está dotada con camarotes metálicos verdes, rojos y amarillos. Las celdas individuales son amplias, demasiado para el común de las celdas de las prisiones colombianas, pero no tienen nada de lujosas. Posiblemente una de éstas, con baño privado, servirá de lugar de encierro a Pablo Escobar.

Ayer, cuando EL PAÍS visitó la prisión, a la que se llega por un camino empinado y destapado, dos trabajadores se dedicaban a colocar, bajo las tejas de zinc de las celdas individuales, una malla metálica. Ésta servirá para proteger a los reclusos de posibles ataques. Impide, por ejemplo -dijo a este periódico un oficial del Ejército que forma parte de la vigilancia exterior-, un ataque con granadas, pues éstas quedarían atrapadas en la malla. ¿No es paradójico -preguntó este diario al oficial- que el Ejército, que antes tenía la misión de perseguir a Pablo Escobar, ahora tenga la misión de protegerle? "Todo lo hacemos por la paz", fue su respuesta.

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