Chadli-Madani, retrato tras la batalla
El pulso en Argelia entre el pragmatismo y el nacionalismo islámico
Tienen prácticamente la misma edad. El presidente de la república argelina, Chadli Benyedid, nació en 1929, mientras que Abassi Madani, máximo líder del partido integrista Frente Islámico de Salvación, lo hizo en 1931. La edad y Argelia son los dos únicos puntos convergentes de estos dos hombres, que han protagonizado la semana pasada un pulso político que ha arrastrado al país al estado de sitio.
Chadli Benyedid es, sobre todo, un hombre mediterráneo, abierto y liberal, que desde 1979 -fecha de su llegada a la Presidencia- intenta abrir el país democratizándolo y modernizándolo. No esconde sus gustos por las costumbres francesas. Practica un islam moderado, no es excesivamente culto y su única afición conocida es el mar y la vela.Toda su vida la ha dedicado al ejército. Primero en la guerra de la independencia, luchando en la región de Ghardimau, y después en Constantina y en Orán, donde durante más de 15 años ha sido el máximo responsable militar. En 1965 participó con el coronel Huari Bumedian en el golpe de Estado que derrocó al primer presidente del país, Ahmed Ben Bella. Tras el golpe de Estado, Benyedid entró a formar parte del Consejo de la Revolución, máximo órgano directivo del ex partido único Frente de Liberación Nacional (FLN).
Un hombre discreto
Es un hombre discreto, pragmático y reservado, y durante el mandato del presidente Huari Bumedian evitó mezclarse en los clanes que rodeaban al primer mandatario del país. Todo ello determinó que en 1979 el Consejo de la Revolución decidiera elegirlo como único candidato a las elecciones presidenciales.
Benyedid estuvo avalado por el Ejército, considerado como el sector más liberal del aparato del FLN. Su candidatura era la vía intermedia entre la representada por Mohamed Yahiaui, cabeza visible del aparato del FLN, y la del ministro de Asuntos Exteriores, Abdelaziz Buteflika, defensor de una política de acercamiento a Estados Unidos.
Las elecciones presidenciales que se celebraron a continuación dieron un amplio triunfo a Chadli Benyedid, que logró el 95% de los votos, es decir, que sólo votaron en contra 48.938 personas sobre 7,8'millones de electores. Todas estas circunstancias permitían suponer que Chadli Benyedid sería un fiel continuador de la política de Huari Bumedian, y que gobernaría el país sin sobresaltos. Sin embargo, Chadli abrió una nueva fase de renovación del país, apoyándose en la confianza otorgada por el Ejército.
Durante los primeros años, de forma sistemática, practicó una política de pequeños pasos con los que logré el control del comité central del FLN y arrinconó a los sectores próximos al fallecido Bumedian. Basándose en este tándem Ejército-partido, abordó a continuación un ambicioso proyecto de reformas económicas y sociales liberales, que se aceleraron en 1988, después de la revuelta popular. Este proceso de reformas implicó que en 1988 se legalizaran todos los partidos políticos y se convocaran las primeras elecciones libres y democráticas del país. En este contexto político surgió su rival, Abassi Madani, y el Frente Islámico de Salvación, el partido integrista que acaba de mantener un pulso con el presidente.
Nacionalista intransigente
Abassi Madani llega a la política hace poco menos de dos años, cuando decide fundar el Frente Islámico de Salvación. Hasta entonces, el imam Madani se había dedicado fundamentalmente a la enseñanza y a la cultura. Es un nacionalista islámico intransigente. Se niega a hablar la lengua francesa, a pesar de conocerla perfectamente, y prefiere utilizar como idioma alternativo al árabe el inglés. Su único divertimento conocido es el caminar. Madani es profesor de Sociología en la Universidad de Ciencias de la Educación de Argel. Su paso por la política ha sido hasta ahora circunstancial y motivado por la agitada historia del país. Como muchos jóvenes militó en su día en el Movimiento por el Triunfo de las Libertades Democráticas y en la clandestina Organización Especial, núcleos fundacionales del FLN. Como consecuencia de esta militancia estuvo encarcelado durante siete años, y volvió a ser detenido en 1981 por su pertenencia a un movimiento radical islamista. Es, por encima de todo, un intelectual preocupado por la educación política del país, que ha dedicado toda su vida a la enseñanza, incluyendo los tres anos que permaneció viviendo en Inglaterra. Está casado y es padre de seis hijos.
Este hombre, sin apenas biografía política, capitanea el único partido integrista islámico legalizado en el Magreb. Ha logrado crear la inquietud de los países ribereños del Mediterráneo.
En su reciente enfrentamiento con Benyedid, Madani ha autorizado como punto de apoyo a un personaje enigmático, pero muy activo, Alí Belhadj. Es un joven profesor de matemáticas de 34 años, formado en la Universidad de Túnez. Se conocen muy pocas cosas de su vida personal. No concede entrevistas y sólo se le oye hablar en la mezquita de Sunna en la prédica semanal de los viernes. Habla de forma colérica y pide el boicoteo de la democracia y la reimplantación de la república islámica. Exactamente igual que Madani, pero sin ningún recato o subterfugio.
Más información en las páginas 8 y 9 de Domingo
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