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REVUELTA EN EL MAGREB

Un militar formado en Francia y Moscú controla el estado de sitio

F. S., El ministro de Defensa, Jaled Nezzar, es el nuevo hombre fuerte del régimen argelino encargado de administrar y gestionar todo el aparato militar desplegado en el país como consecuencia del estado de sitio, decretado el pasado día 5 de junio, según se asegura en medios políticos y diplomáticos.

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Nezzar se formó en las escuelas militares de Estrasburgo y Sant Meixan, en Francia, y en la escuela Frunze de Moscú. El militar ha declarado, más de una vez, estar a favor del apoliticismo de las Fuerzas Armadas y ser defensor de la legalidad republicana. Está considerado como un hombre de la máxima confianza del presidente Chadli Benyedid, quien en septiembre de 1990 le nombró ministro de Defensa. Hasta esta fecha, el control de las Fuerzas Armadas correspondía al presidente de la República.Nezzar cumplió en octubre de 1988 una misión similar a la ahora encomendada por el presidente Chadli Benyedid, cuando durante cinco días fue el encargado de controlar y gestionar el aparato militar desplegado para poner fin a la revuelta popular. En aquella ocasión, las fuerzas del Ejército actuaron con contundencia, utilizando sus propias armas, lo que provocó numerosos muertos y heridos.En esta ocasión, el aparato militar, coordinado por Nezzar, cuenta con el control de las fuerzas policiales -renovadas desde octubre de 1988-, pero sobre todo un generoso decreto aprobado por el presidente Chadli Benyedid que le concede generosas prerrogativas.Nezzar no sólo tiene el control de las fuerzas de orden público, sino también la potestad de interferir en la vida política, social e incluso en la administración de las ciudades. El decreto que explicita las prerrogativas del Ejército le concede la posibilidad de suspender las actividades de aquellos partidos políticos que desestabilicen la vida del país.

La presencia de los militares en la vida política argelina es el, fruto de su propia historia y de la lucha por su independencia. La simbiosis de las Fuerzas Armadas y el ex partido único Frente de Liberación Nacional (FLN) empezó a romperse en mayo de 1989, cuando el Ejército abandonó el buró político del FLN e inició una profesionalización contemplada en la Constitución.

La desvinculación del Ejército de la vida política del país ha sido aparente. Prueba de ello es la polémica que desde marzo mantiene con el Frente Islámico de Salvación (FIS). El Ejército acusó al FIS de estar al servicio de Arabia Saudí y de jugar al oportunismo político con ocasión del conflicto del Golfo. Estas críticas fueron rechazadas airadamente por Alí Belhadj, el segundo hombre del frente integrista, en sus prédicas semanales.

En plena polémica, y cuando el FIS había anunciado ya su decisión de convocar una huelga general e ilimitada -causa directa del estado de sitio-, el Ejército decidió desplegarse en tornó a las principales urbes del país, argumentando su obligación de asegurar el orden público. Pocos días después entraron en las ciudades y se hicieron, de acuerdo con el presidente de la república, con el control provisional del país.

El Ejército argelino de Tierra está formado por 151.000 hombres. Cuatro quintas partes de las fuerzas del Ejército se encuentran en las regiones fronterizas. Sólo una parte mínima está en las calles de Argel.

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