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La tensión en el Báltico dificulta a Gorbachov la búsqueda de ayuda exterior

Pilar Bonet

El recrudecimiento de la tensión en el Báltico en vísperas de la visita de varias horas que el presidente Mijaíl Gorbachov emprende hoy a Oslo dificulta los esfuerzos del líder soviético para convencer a Occidente de que su país ha entrado en un clara vía reformista tras varios meses de vacilaciones.

Gorbachov abandona la URSS hoy y estará fuera una noche, antes de regresar el próximo jueves. En su ausencia, el responsable del país es el vicepresidente Guenadi Yanaiev, según manifestó un portavoz presidencial.Un avión, identificado anoche como perteneciente a las fuerzas aéreas afganas, bombardeó ayer la localidad soviética de Namadguti-Poen, situada en la república de Tayikistán (cerca de la frontera con Afganistán), causó la muerte a cuatro personas e hirió a varias más, según la agencia Tass. Desde el aparato fueron arrojadas cinco bombas, agregó la agencia. La televisión soviética dijo anoche que el avión era un Mig-16 y cifró los muertos en cinco.

En la capital de Lituania, Vilna, subsistía ayer la tensión, tras la demostración de fuerza realizada la noche anterior por los militares, que desaparecieron de las calles de la ciudad en la madrugada. Se trataba de "un entrenamiento de las tropas de la guarnición en la búsqueda de desertores que hubieran abandonado sus destacamentos portando armas", según manifestaba la agencia oficial Tass citando "fuentes no oficiales".

Los soldados montaron controles en los puentes, en las calles y en el aeropuerto y originaron una oleada de pánico en una ciudad supersensibilizada ante la presencia militar desde los trágicos sucesos que se saldaron con 14 muertos (13 civiles y un teniente del Comité de Seguridad del Estado) en la noche del 13 de enero pasado. En las jornadas que precedieron a aquellos sucesos, el Ejército protagonizó una serie de acciones (también nocturnas) que crearon un clima de tensión en la capital lituana.

Observadores políticos llaman la atención sobre la inoportuna coincidencia del "entrenamiento" militar en Vilnia y la difusión de las conclusiones del Fiscal General de la URSS sobre los sucesos del 13 de enero junto a la torre de la televisión de Vilnia. Medios lituanos opinaban que esta coincidencia puede ser un factor calculado. El fiscal general de la URSS podía haberse tomado meses para contestar a la interpelación realizada por el diputado Nikolai Medvedev, afirmaba Lionginas Vasiliauskas, portavoz de la representación lituana en Moscú.

El viernes, Medvedev había preguntado al fiscal Nikolai Trubin sobre los resultados de la investigación de los sucesos del 13 de enero, pero por lo visto nadie había esperado una respuesta tan rápida. Los medios oficiales lituanos han reaccionado con indignación ante las conclusiones del fiscal, que achaca toda la culpa de lo sucedido a los dirigentes independentistas y niega que las tropas movilizadas junto a la torre tengan algo que ver en las muertes.

El fiscal, cuyo nombramiento contó en su día con el visto bueno del presidente Gorbachov, acusa a las autoridades lituanas de no permitir el acceso a los cadáveres de las víctimas. El informe fiscal, publicado ayer íntegro por el diario conservador Sovietskaia Rossia, afirma que la mujer de 24 años fallecida el 13 de enero, fue empujada por la multitud bajo las cadenas de un tanque y que así lo reconoció ante testigos antes de morir.

El fiscal lituano Jouzas Gaudutis, ha calificado las afirmaciones de la Fiscalía de la URSS de carentes de fundamento.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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