Desacuerdo entre los Doce en su cita en la ex RDA
La reunión informal de los ministros de Exteriores de la Comunidad Europea que finalizo ayer en Dresde se saldó con la evidencia de lo mucho que todavía separa a los Doce, que pretenden cumplir el plazo que expira a finales del año para la firma de un nuevo tratado sobre la unidad política y económica. En palabras del ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, el borrador elaborado por la presidencia luxemburguesa fue ayer "martirizado", tanto que habrá que elaborar un segundo documento sobre el que trabajar.
ENVIADO ESPECIAL
Esto no implica que haya que calificar la reunión de ayer, la primera que la CE realiza en el territorio de la antigua República Democrática Alemana, como de fracaso. Se trataba del primer encuentro formal de responsables políticos de alto nivel con el borrador de tratado elaborado por Luxemburgo, lo que suponía el comienzo del segundo acto de las formas clásicas de transcurrir de la política comunitaria. Acabada la fase en la que los expertos de cada país miembro se dedican con fruición a encontrar toda clase de problemas y discrepancias y a intentar imponer los criterios de su Administración, cuándo todo parece indicar que no hay puntos de convergencia, entran en juego los políticos, ya con los datos propios y ajenos en la mano en busca de una solución de compromiso.De lo dicho ayer durante la conferencia de prensa ofrecida porel anfitrión, el ministro de Exteriores alemán, Hans Dietrich Genscher; su colega Juxemburgués, Jacques Poos -que presidió la reunión-, y el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, los llamados federalistas, encabezados por Francia, podrían estar dispuestos a dejar fuera del tratado, los aspectos de política exterior y él tema de la creación, de una policía federal, este último muy querido por España y Alemania.
Pro y antifederalistas
De las vagas palabras pronunciadas por Poos se deduce que los antifederalistas, con el Reino Unido a la cabeza, aceptan "la hipótesis de un tratado único si estos dos temas quedan fuera del tratado". "Los federalistas entendemos", dijo Poos, "que no se puede tratar la política exterior o los temas de policía de la misma manera que, por ejemplo, el mercado interior. Los otros aceptan que tiene que haber una coherencia y dejan una ventana abierta hacia una estructura federal".
Delors, que rindió homenaje a la Administración luxemburguesa por haber redactado el famoso borrador que hoy nos ha permitido discutir y progresar reconoció que durante la reunión de ayer no se habían producido grandes avances. "De momento no hay enmiendas [al texto luxemburgués]", dijo, sólo intercambios de textos para su discusión", aunque insistió en que "hemos dado un gran paso para mejor comprendernos y darnos cuenta de dónde están los problemas".
Aparte del martirio del mencionado texto, que tan sólo, confirma el largo trecho que aún les queda por recorrer a los Doce, la reunión de Dresde abordó el aspecto de la seguridad europea y anunció la elaboración conjunta de una propuesta comunitaria en la reunión de los 34 ministros de Exteriores de la Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea (CSCE) que tendrá lugar en Berlín los próximos días 19 y 20. Según Genscher, "hay acuerdo para la creación de un mecanismo-destinado a la solución pacífica de los conflictos entre Estados que deberá ser elaborada en Berlín e incorporarse al tratado. Sin embargo, Delors se negó a explicar cuáles serían estos mecanismos alegando que su publicación podría dar al traste con las negociaciones.
Delors indicó que había recibido una carta personal del ministro de Exteriores soviético en la que Moscú aseguraba, que quiere reactivar el proceso de la CSCE.
Por otra parte, el presidente de la Comisión Europea dijo que la crisis política desatada en Yugoslavia por razones étnicas y nacionalistas había dado al traste con la reforma económica emprendida hace un año por el primer ministro, Ante Markovic.
La CE se vio obligada ayer a mirar a Europa central, la Mitteleuropa de resonancias pangermánicas. Desde la antigua corte sajona, el viejo continente se ve con otra perspectiva. Como explicó Genscher -él mismo nació en la vecina Halle-, "la unificación alemana no es un proceso aislado, sino parte del impulso hacia la gran Europa. Para los alemanes orientales, y concretamente para los habitantes de Dresde, lapresencia del circo europeo tuvo un profundo impacto. Alemania, de la mano de Genscher, ha querido hacer entender a sus socios comunitarios que este territorio es también parte de la CE.
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