Esto no es Nueva York pero nos gusta
El café del Foro presenta el próximo miércoles al actor, músico y cantante Eugeni Soler, El Polaco, y su selección de coplas españolas. Otra catalana, Eva del Campo, está a punto de retirar sus cuadros de la galería Lara y Olaverri, mientras en la sala Revolver, el próximo sábado, fiesta Velvet Underground, con proyecciones inéditas de dicho grupo y otros trabajos de Andy Warhol.
Eugeni Soler es un catalán con tanto y tan buen sentido del humor que a sí mismo se apoda El Polaco. Es un artista inquieto, laborioso y masoquista, ¿a la fuerza? Ese afán incomprensible por descuajaringarse físicamente y combatir el surmenage a fuerza de dar más golpe que nadie le llevó a ser el increíble hombre orquesta. Aparecía cargado con un sinfín de pesados y ruidosos instrumentos musicales y un curioso carricoche que completaba la estampa. Gran cantante y buen actor, Eugeni Soler participó en el aparatoso montaje de la compañía Dagoll Dagon titulado Mar y cielo, haciendo de pirata malo. Por exigencias del guión, "me tiraban del barco varias veces en cada función. He contabilizado 900 caídas y una lesión en la quinta vértebra lumbar. Se acabó lo de ir por ahí con la orquesta a cuestas". Se deja inmolar interpretando a uno de los tiernos macarras de Makinavja, el último chorizo, y, no contento con su estrella, interpreta un selecto repertorio de canción española, acompañado al piano por Armando Pelayo, El Niño de Melilla. Cuando suenan los compases de aquella canción de Imperío Argentina titulada ¡Ay, qué risa!, Eugeni aparece vestido de gitana piadosa y paticorta que crecerá gracias a la Macarena, sin confesarle al público los secretos de un disfraz perfecto. El Polaco, estará el próximo miércoles 22, a las 23.30, en el café del Foro, San Andrés, 38.
Terciopelo subterráneo
Alfonso Lara y Lorenzo Olaverri tienen una galería de arte ";sin vistas al mar", en una preciosa finca del siglo XVII, frente al ilegro escenario de una matanza castiza: mesón El Lobo Feroz. A falta de puerta de calle, Eva del Campo y su exposición Islas de otoño han llenado la sala de o:.or a brea. Ella ha pintado pedazos de viento que ladean las románticas casetas de una playa sólo habitada por el rastro de los seres humanos. "Son tierras de nadie", explica Eva del Campo. "Barcos, naufragios... La figura humana apenas aparece. Quizá de espaldas, y siempre envuelta en la naturaleza". Hay unos cuadros muy concretos que a todos sugieren un mismo nombre: El Bosco. "Me lo ha dicho mucha gente, pero no ha sido intencionado en absoluto. Ni siquiera El Bosco es uno de mis favoritos". La galería está en la calle de Lucientes, 4, 2º B, y Eva expone hasta el sábado"Su música es un verdadero asco" (Ralph J. Gleason, fundador de la revista Rolling Stone). "En realidad, White light / White heat fue una especie de duelo entre Lou Reed y yo" (John Cale). "Nuestra influencia es mucho mayor ahora; cuando existíamos no nos conocía demasida gente" (Sterling Morrison). "La muerte es la fuerza de mi vida" (Nico). Son citas extraídas del libro titulado The Velvet Underground. Sus autores, Jorge Arnaiz y José Luis Mendoza, nos perdonarán la apropiación, ¿indebida?, de los textos, porque seguimos robando frases, esta vez de los firmantes. "Con ellos, el rock and roll perdió la poca virginidad que le quedaba... Las escenas características de la mayor ciudad del mundo, pintadas al óleo con olor a cloaca... La mala semilla del rock and roll aún sigue flotando".
La eterna organizadora nocturna Luz Divina y la sala Revolver presentan el próximo sábado una auténtica fiesta Velvet Underground. Imágenes inéditas de los trabajos realizados por Andy Warhol con la mítica banda, videos de la Factoría, reportajes del artista en mitad de sus rodajes y canciones de la última e histórica reunión de los Velvet vivos en un recital parisiense excepcional. El ambiente intentará parecerse a lo que era Nueva York a mediados de los sesenta. Cuando un grupo de magníficos músicos apostó por la distorsión sin complejos, mientras los consagrados, como los Beatles o los Rolling Stones, se daban a experiencias también interesantes, pero consentidas. Estética Nueva York / Chelsea Hotel para una especie de homenaje al plátano pop de Warhol inmortalizado en aquel primer disco de la banda.
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