El testimonio de Genet sobre la matanza de Chatila se estrena en el Odeón de París
La solidaridad con los palestinos le hizo romper su promesa de no volver a escribir
En la mañana de] 19 de septiembre de 1982, el escritor Jean Genet visitó el campamento palestino de Chatila, en los suburbios de Beirut. A la vista de los cadáveres de los ancianos, mujeres y niños asesinados los días anteriores ante la complaciente mirada del Ejército israelí, Jean Genet recuperó el interés por la escritura. A partir de hoy, el parisiense Odeón-Teatro de Europa rememora aquella situación con la puesta en escena de Cuatro horas en Chatila, el testimonio de su recorrido por el campamento que Jean Genet publicó en la Revista de Estudios Palestinos.
Genet, el asiduo huésped de orfelinatos, correccionales, prisiones, burdeles y hoteles de mala muerte, el autor de Santa María de las flores, Las criadas, Los negros y Diario de un ladrón, había escrito: "A menos que ocurra un acontecimiento de tal gravedad que me obligue a encontrar un nuevo lenguaje para domar esa nueva desgracia, no volveré a escribir ningún libro".Las matanzas de Sabra y Chatila fueron el acontecimiento que le llevó a romper un silencio literario de varios lustros.
Cuando en septiembre de 1982 viajó a Beirut de la mano de la periodista palestina Leíla Shahid, Genet había abandonado la escritura y se consagraba al apoyo a las minorías oprimidas de todo el mundo.
Su creación artística estaba en un voluntario punto muerto; su propia vida había entrado también en una imparable recta final. Tres años antes los médicos habían detectado un cáncer en la garganta de aquel incansable fumador de puritos holandeses.
Palestinos
En Chatila, Genet vio convertido en un cementerio al aire libre el universo de los refugiados palestinos que había frecuentado en 1970 y 1971 en Jordania; esos palestinos que le habían fascinado como símbolo de la sensualidad que libera toda revuelta.
"El espectáculo de la muerte en Chatila le hizo renacer como escritor", afirma el dramaturgo Jeróme Hankins, autor de la versión teatral de Cuatro horas en Chatila. "En medio del horror", prosigue Hankins, "Genet descubrió la forma estética que estaba buscando desde hacía mucho tiempo".
Genet decidió que tenía que expresar la revelación de la be lleza en el horror que le había impresionado en todos sus viajes a Oriente Próximo. Más tarde escribiría: "El amor y la muerte. Esos términos se asocian de inmediato cuando se cita cualquiera de ellos. A mí me ha hecho falta ir a Chatila para percibir la obscenidad del amor y la obscenidad de la muerte. Los cuerpos en ambos casos ya no tienen nada que esconder: posturas, contorsiones, gestos, signos, silencios incluso, pertenecen simultáneamente a uno y otro mundo".
Alain Milianti es el autor de la puesta en escena de Cuatro horas en Chatila. En su opinión, éste no es el texto de un, periodista, sino el de un escritor que "confiesa el carácter subjetivo y oblicuo de su relación, con lo real".
Durante el relato de su vagabundeo por Chatila, Genet, "habla tanto de los palestinos como de si mismo y su recorrido interior".
Cuatro horas en Chatila fue el detonante del último libro de Genet, Un cautivo enamorado, publicado tras su muerte por Gallimard. En Un cautivo enamorado, peculiar mezcla de sueno y realidad, biografía y novela, poesía y reportaje, Genet reunió todos los materiales acumulados durante su larga militancia en favor de la causa palestina.
Larache
Genet nunca llegó a terminar la corrección del libro que fue su testamento. Murió en la noche del 14 al 15 de abril de 1986, a los 75 años de edad. Respetando uno de sus últimos deseos, unos amigos trasladaron su cadáver a Marruecos. Los restos mortales de Genet entraron en el país magrebí como si fueran los de un emigrante fallecido en Francia. Hoy reposan en el semiabandonado cementerio español de Larache, donde cada dos por tres los entusiastas de su obra roban la lápida funeraria.
Juan Goytisolo, que fuera su amigo durante tres largas décadas, recuerda que una vez le dijo a Genet en tono de broma: "Usted me ha enseñado a despreciar todas las patrias y, sin embargo, ahora le veo convertido en un ferviente patriota palestino". Genet replicó: "Sí, porque los palestinos no tienen patria. Cuando la tengan tendrán el derecho a hacer como yo: arrojarla al retrete y tirar de la cadena".
Goytisolo, el escritor marroquí Tahar Ben Jelloum, el compositor francés Pierre Boulez, el poeta norteamericano Allen Ginsberg, los periodistas palestinos Elías Sembar y Leila Shahid, la actriz María Casares y la activista negra norteamericana Angela Davis serán algunos de los participantes en los debates que, con ocasión de la puesta en escena de Cuatro horas en Chatila, el Odeón-Teatro de Europa consagrará a Genet los próximos 25, 26 y 27 de mayo.
Babelia
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