Los franceses insisten en que descubrieron el virus del sida
La polémica sobre qué equipo de investigadores consiguió aislar e identificar por primera vez el virus causante del sida va a reabrirse a partir de un artículo de inminente aparición en la revista científica americana Science, que da nuevas armas a la hipótesis de la paternidad francesa del descubrimiento.
En él, los autores -todos ellos trabajadores del laboratorio de retrovirología molecular del Institut Pasteur de París- explican los resultados; del análisis genético de los virus descubiertos en 1983, una muestra de los cuales le fue enviada por Luc Montagnier a Robert Gallo, de los Institutos Nacionales de la Salud de EE UU.La discusión entre Montagnier y Gallo reivindicando la paternidad en la identificación del virus parte de dos hechos: Gallo ha afirmado siempre que el virus analizado por él nada tiene que ver con el enviado por sus colegas franceses ya que él lo aisló a partir de una muestra de sangre de un enfermo americano y asegura también que fue él quien estableció primero la relación entre el virus y el sida. El artículo que publicará Science y del que ya se hace eco la prensa francesa admite la posibilidad de que en el Institut Pasteur se produjese una contaminación entre dos virus del sida procedentes de enfermos distintos y que eso explica, en parte, la creencia por parte de Gallo de haber hallado otra forma de virus.
Acuerdo de 1987
Establecer la paternidad del descubrimiento es importante, al margen de cuestiones de prestigie científico entre profesionales e instituciones, porque de ahí derivan todos los acuerdos hasta ahora existentes sobre los posibles beneficios comerciales que genere el hallazgo de una vacuna o de un medicamento que cure la enfermedad. En 1987 el presidente Reagan y el primer ministro francés, Jacques Chirac firmaron un acuerdo que establecía el reparto, a partes iguales, de méritos y beneficios. El artículo de Science, según Maxime Schwartz, director del Institut Pasteur, "no cuestiona la vigencia del acuerdo, pero sí responde a una anterior, comunicación del profesor Gallo en la revista Nature, en la que se pretendía que la contaminación entre dos virus se había producido en los Estados Unidos".
Desde 1989, año en que el periodista del Chicago Tribune, John Crewdson, probó, después de una minuciosa investigación, que el virus Francés y el americano tenían idéntico origen genético, las dudas sobre la paternidad del hallazgo y la honestidad de los investigadores planearon sobre los equipos de Gallo y Montagnier, especialmente sobre la figura del primero. En 1990 el propio Crewdson tuvo acceso a documentos oficiales estadounidenses que se habían guardado en secreto y en los que se admitía que, muy probablemente, Gallo no era el codescubridor del virus.
Para Schwartz "el acuerdo firmado en 1987 reconocía que el equipo del profesor Montagnier había sido el primero en aislar el virus" y si ahora se reabre la polémica sobre la cuestión es únicamente "porque el problema radica en que el profesor Gallo es un hombre que se ha mostrado muy poco cortés. Hubiésemos podido trabajar juntos pero él no lo ha querido así".
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