"El teatro debe ser un servicio público"
D. M. A pesar de su formación en el teatro independiente, o precisamente por ello -ya que ese movimiento prácticamente ha desaparecido hoy-, alguien como José Carlos Plaza se defIne como "un hombre del teatro público" y, subraya, "cada día tengo más claro que el teatro es y tiene que ser un servicio público".
El director del Centro Dramático Nacional distingue, para sustentar su análisis, entre tres tipos claros de teatro en el actual panorama escénico español. "Me parece que hay un teatro privado de bulevar, que es un negocio, y que debe seguir haciéndose; lo absurdo es que se mantenga si no es un negocio. Luego están los grandes musicales, otro gran negocio. Finalmente, podríamos mencionar el otro teatro, que se puede llamar de vanguardia o como se quiera, y ahí entra desde lbsen a Gogol, pasando por Shakespeare".
Y justamente este tipo de teatro, según Plaza, "tiene necesariarnente que ser un servicio público y contar con medios y apoyo suficientes, porque debe llegar a todas las capas de la sociedad, y no puedes a estas alturas ir por la vida haciendo un teatro cutre cuando tienes que luchar contra los monstruosos despliegues audiovisuales tipo Indiana Jones que te regala cada día la televisión".
Respecto al presente y futuro del panorama del teatro español, dice Plaza: "Aquí,en el Centro Dramático Nacional, no hemos notado desceriso de público porque, haya nuevos canales de televisión. Yo tengo esperanza en que. los diferentes centros dramátícos del Estado español empezarán a crecer cada vez más"
Privado
El problema de la empresa privada es muy importante para José Carlos Plaza: "Me parece que está en una situación en la cual se puede ver obligada cambiar su planteamientos y programar el teatro privado más vendible". Y añade: "De todas formas, de teatro privado no sé mucho y, que recuerde, mi única experiencia fue Carmen, Carmen"
Una y otra vez, Plaza vuelve a su entendimiento del teatro como un servicio público. "Ocurre que yo", señala, "que no soy muy fiel como persona a los amores y eso, sí que soy muy fiel al teatro concebido como servicio público, a un teatro que se arriesga a penetrar en la sociedad".
Como todos los creadores teatrales, José Carlos Plaza tarde o temprano aborda el tema de la influencia que la crítica ejerce en su trabajo. "La verdad es que" dice, "luego puede llegar la crítica y ponerte verde; pero sucede que, después de 25 años de trabajo, no tengo mucho respeto a la crítica, sinc al público"
Esa idea la fundamenta el director del Centro Dramático en ejemplos sacados de la propia cosecha: "Con La Orestiada en la crítica me propinaron un montón de palos y, luego, contra lo que podía preveerse, fue un auténtico éxito de público".
Babelia
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