El cerco económico a la OLP le obliga a cerrar 30 oficinas y embajadas

El cerco económico impuesto a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) obligará a la central a cerrar cerca de 30 oficinas y embajadas repartidas por el mundo, según aseguró a EL PAÍS un portavoz del Consejo Central, que acaba de reunirse en Túnez. En esta misma línea, la OLP ha anunciado ya a sus empleados una reducción de sus salarios en un 20%, para hacer frente a la crisis.

La OLP está sumida en una grave crisis económica provocada por dos factores: la reducción drástica de las ayudas que provenían de los países que forman el Consejo de Cooperación del Golfo, y la. pérdida de empleo de un buen número de palestinos que trabajaban en Arabia Saudí o en Kuwait, que no se han podido reincorporar a sus puestos después de la crisis y que venían cooperando con sus salarios a la Intifada y al sostén de sus familias en las zonas ocupadas. Las restricciones económicas decretadas por el Consejo de Cooperación de los Países del Golfo se han adoptado como represalias a la actitud de la OLP, que durante el conflicto apoyó a Irak.Esta situación económica supone, en opinión de los dirigentes de la OLP, unas pérdidas acumuladas de 11.000 millones de dólares que afectan a toda la nación palestina. Las pérdidas económicas registradas en la contabilidad de la OLP son evidentemente mucho menores, han asegurado los citados medios, y aún no están calculadas, pero empiezan a tener efectos concretos sobre la administración y sus empleados.

En base a la política de austeridad, el aparato de la OLP será reducido en breve, cerrándose alrededor de 30 oficinas o sedes diplomáticas. Asimismo, se reducirán las plantillas de aquellas oficinas que continúen abiertas. Se han disminuido ya en un 30% los gastos de representación de los empleados y se han suprimido algunos presupuestos, como el destinado al departamento de prensa.

En este mismo contexto, la OLP ha dado instrucciones concretas para reducir los gastos de desplazamiento. No hay dinero para los hoteles y se han prohibido los viajes en primera clase, con excepción de los efectuados por los dirigentes de primera línea y los miembros del comité ejecutivo. Ha disminuido también el número de conferencias, de celebraciones y actos públicos. Y por si todo ello no fuera suficiente, se ha anunciado ya a los empleados del aparato de la OLP una reducción de sus salarios en un 20%.

Otro de los aspectos más preocupantes y con más difícil solución es el que afecta a los habitantes de las zonas ocupadas, muchos de los cuales han dejado de percibir las ayudas que sus familiares les enviaban desde el extranjero. Como consecuencia de esta situación, el Consejo Central Palestino acordó en su sesión de Túnez "redoblar los esfuerzos del desarrollo económico en las zonas ocupadas" e impulsar proyectos productivos y rentables. "Estamos fomentando el voluntariado y nuestros soldados trabajan asimismo en faenas agrícolas", aseguró un portavoz de la OLP.

Pero en un intento de desdramatizar la situación económica este mismo portavoz de la OLP ha asegurado que "el dinero es como la uña de un dedo. Hoy la cortas y sin darte cuenta crece al día siguiente. La OLP está buscando fuentes alternativas de financiación en otros países y confía, en gran parte, en la comunidad palestina en Latinoamérica y especialmente en Chile, donde controla importantes sectores productivos".