"Dedicado a Jim Morrison, mi héroe"
SILVIA BIZIO "El espíritu de los años sesenta nunca me ha abandonado", podría ser el lema de Oliver Stone. El hombre de la generación del 68 con más éxito en Hollywood, ex estudiante en Yale, ex drogadicto, veterano condecorado de Vietnam, vuelve a recordar esa época en su nueva película, The Doors, que hoy se estrena en España. Stone, que ya en 1969 había escrito un guión inspirado en Morrison, ha estado trabajando en este proyecto durante muchos años hasta obtener por fin el beneplácito de todas las personas directa o indirectamente implicadas. Como prueba de ello lleva en su cuello una cruz con las letras J-P (Jim y Patricia), que le regaló la propia Patricia, una de las amantes de Morrison con quien el cantante se casó en un extraño rito oculto que Stone describe en su película.
Con un presupuesto de 20 millones de dólares (unos 2.160 millones de pesetas) y canciones de The Doors, el filme está en parte basado en el libro Riders on the storm -como el título de una de las más famosas canciones del grupo-, escrito el año pasado por su batería, John Densmore.
Figura
Stone no dice si considera a Morrison un genio, al igual que Molière, Proust, Oscar Wilde y otros artistas cuyas tumbas se encuentran junto a la suya en el cementerio de Père-Lachaise de París, sobre las que se detienen las últimas imágenes de la película. Sin embargo, le presenta como una figura trágica y emblemática de su tiempo: "Escuché por primera vez a Jim y los Doors en 1967, cuando estaba en Vietnam", recuerda el director, de 44 años. "Nunca había oído una música como ésa. Expresaba todos los sentimientos que yo tenía: la rebeldía, la libertad; hablaba de la vida y el amor, miedo y Eros, todas las cosas que sentíamos en el Ejército. Inmediatamente me identifiqué con él. Se convirtió en uno de mis héroes, como lo fue Marilyn Monroe para tantos hombres de mi generación".
Pregunta. ¿Por eso ha querido hacer una película?
Respuesta. Por eso y por el deseo de hacer una película diferente. Es el retrato y homenaje de un artista; narra su agonía, su dolor y todas las cosas que ha tenido que superar. Pero probablemente hay otro motivo, el deseo de recordar la adolescencia que nunca tuve porque estaba en Vietnam. Era una oportunidad para volver al pasado y verme de nuevo en ese mundo e intentar comprenderlo mejor. Quizá sea un intento de descubrir los paralelismos existentes entre los años sesenta y los noventa. Y después de todo, me gustan los rebeldes, los antihéroes.
P. ¿Cree que hay alguna semejanza entre la época de Jim Morrison y 1991?
R. Muchas, y me gusta pensar que los años noventa puedan ser tan vibrantes y excitantes como lo fueron los años sesenta. Por ejemplo, en la película la guerra de Vietnam siempre está presente en la televisión, como una experiencia orwelliana en su libro 1984, como hoy Irak. El mismo recuerdo de esas perennes imágenes en la televisión, de un país envuelto en una guerra sin saber bien dónde y por qué se está combatiendo. La represión de los años ochenta es significativa, y esto puede llevamos a un periodo cíclico de rebelión. A su modo, Jim era un metalizado, pero es necesaria una cierta sensibilidad poética para poder apreciar esta película.
P. ¿No se siente asfixiado por la época que estamos atravesando?
R. Un poco, pero según mi opinión creo que los años sesenta han vencido. Fueron una importante época de cambio. Todo empezó con el asesinato de John Kenned, una terrible traición que ha marcado toda mi generación, el modo de pensar. Vietnam, la fuerza del descontento social. También es verdad que sucedieron muchas cosas negativas durante esos años, y ahora estamos pagando el precio por ello; pero, en cierto sentido, ese periodo fue el alba de nuestra edad, la adolescencia, y los años noventa de nuevo, serán una época de cambio donde podremos volver a definir nuestro pasado rebelde. En ese sentido soy un idealista. Es un periodo que continuaré analizando en mi trabajo. La película que estoy preparando ahora habla de Kennedy desde 1963 a 1968.
P. ¿No teme que haya cierta polémica por el modo un tanto exaltado con que presenta a Morrison, por el uso de drogas?
R. Habrá gente que diga que Jim era un idiota tenebroso que destruyó su vida, pero yo no lo veo así. Jim murió por su trabajo, era un poeta que tuvo éxito en lo que buscaba, la autodestrucción y la muerte. En cuanto a las drogas, pienso que te abren el inconsciente, pero pueden ser muy peIigrosas si se usan mal, y sobre esto la película habla claro. Conozco las drogas y Jim era uno de mis héroes.
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