La derrota de Kohl causa una crisis política y económica en Alemania
La dimensión de la derrota sufrida el domingo, por el partido de¡ canciller alemán, Helmut Kohl, en las elecciones al Parlamento de Renania-Palatinado ha provocado un terremoto político en Bonn y ha afectado incluso al mundo de las finanzas. El marco se situó ayer al nivl más bajo desde 1989 y la Bolsa de Francfort tuvo el mayor descenso de los últimos cinco años. Mientras, el vencedor socialdemócrata, Rudolf Scharping, discutía con su partido la alternativa de si formar coalición con los Verdes o con los liberales.
El prolongado declive de la po pularidad del canciller Kohl junto con la segunda derrota consecutiva de la CDU en elecciones regionales, está creando una situación radicalmente nueva en la política alemana En este contexto, el dilema que se le plantea al SPD de Renania- Palatinado parece indicar claramente por dónde van a ir los tiros en el futuro próximo.Para conseguir la mayoría en el Bundesrat, la cámara territorial, tal como están las cosas, los socialdemócratas deberían pactar con los Verdes el Gobierno de Maguncia. Hasta ahora, pese a gobernar en ocho de los 16 lander, el SPD no había podido hacerse con el control del Bundesrat debido a que tanto en Hamburgo como en Branderiburgo sus socios de coalición eran los liberales, miembros del Gobierno de Bonn, y que, por lo tanto, forzaban a sus representantes en la cámara territorial a abstenerse en los temas en que se enfrentaba el Gobierno con la oposición.
Libertad de voto
Sin embargo, y pese a que los Verdes ya han anunciado su disponibilidad a gobernar con el SPD, numerosos indicios parecen indicar que Scharping estaría dispuesto a asociarse con el FDP, a cambio, claro está, de que los liberales se comprometieran a dejar libertad de voto a sus socios socialdemócratas en el Bundesrat. Si esto fuera así se estaría produciendo el primer paso significativo del FDP en dirección hacia la socialdemocracia, a la que abandonó en 1982, para propiciar la llegada de Helmut Kohl a la cancillería. El personaje clave de este giro a la izquierda del partido bisagra por excelencia sería la nueva estrella liberal, el ministro de Economía Jürgen Möllemann, el único relevo viable a la vieja guardia del FDP.
Pero todo puede suceder. En Bonn, en el cuartel general democristiano, los conspiradores corren abiertamente por los pasillos. Heiner Geissler, el anterior secretario general defenestrado por Kohl hace dos años, dijo ayer que "está sonando la alarma. No podemos volver al trabajo como si nada hubiera pasado. Nosotros conseguimos la unificación y ahora Alemania se está volviendo roja".
Por otra parte, para los Verdes, que mantienen en el poder a los socialdemócratas en Baja Sajonia y Hesse, conseguir sentarse en Maguncia es de gran importancia. Su fracaso en las elecciones generales empieza a ser olvidado gracias a la toma del poder en el partido por los realos de Jochska Fisher, que se saldó con la victoria en Hesse y ahora el 7% en Renania-Palatinado. Argumentos políticos para forzar a Scharping en su dirección no les faltan.
El canciller Kohl, siempre dispuesto a copar los medios de comunicación, hizo ayer una .cura de silencio.
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