Lengua y nacionalismo
Por supuesto, no soy miembro de la Real Academia Española, como lo es don Francisco Ayala, pero creo entender lo que él escribe.En su artículo en EL PAÍS (11 de abril de 1991), el señor Ayala hace un encendido, elogio del Parlamento de Puerto Rico, que decretó la oficialidad única del español en aquel territorio. Elogio que comparto con el señor Ayala, puesto que la lengua esuna afirmación de la personalidad nacional e histórica de los pueblos", como dice -según cita el académico- el preámbulo de la nueva ley puertorriqueña.
Ahora bien, dificilmente podría mantenerse en Puerto Rico la citada "afirmación de personalidad histórica", si se aplicara allí la teoría del señor Ayala -referida a las lenguas "de los rampantes nacionalismos de corto radio"-, expresada al final del artículo que comento. Según afirma, es preciso que "nadie trate de forzar por vía autoritaria aquello que, siendo derecho natural de cada uno, debe quedar librado, en vía competitiva, a los espontáneos despliegues de la vida cultural".
Defienda el señor Ayala -si cree en ella- la teoría del "liberalismo" lingüístico, pero evite expresarse con "más apasionada emoción que racionalidad" y aplíquela a todos por igual. O tenga el buen gusto de disimular que considera a sus lectores lletrados o mentecatos. En su recto sentido etimológico, por supuesto-