España exige a la OTAN que Gibraltar desaparezca como base militar británica

España tiene pendientes de negociar con la OTAN los dos acuerdos de coordinación militar más decisivos, el del control del Estrecho y el de apoyo logístico o papel de retaguardia reservado al territorio español. Los dos están condicionados, además, al resultado de acuerdos políticos, respectivamente, con el Reino Unido y EE UU. En lo que respecta a Gibraltar, la cuestión de soberanía se ha dejado al margen, y "el objetivo", según fuentes de Exteriores, es que "la zona del Estrecho esté prioritariamente bajo el mando de España y el Peñón deje de ser de hecho una base británica".

España ha concluido con la OTAN cuatro acuerdos de coordinación militar, que responden a cuatro de las seis misiones básicas o directrices generales asumidas como socio de la Alianza Atlántica. Los dos primeros -el de defensa aérea y el de operaciones en el Atántico Oriental- fueron suscritos en mayo del año pasado.El acuerdo de operaciones aéreas y navales en el Mediterráneo Occidental fue firmado por correo cruzado a principios de año, aunque este acto protocolario se mantuvo en secreto por coincidir con la guerra del Golfo. El acuerdo de coordinación con la OTAN para la defensa del territorio nacional fue suscrito ayer por los jefes de Estado Mayor aliados, aprovechando la coincidencia de estar reunidos en Bruselas para participar en la sesión del Comité Militar de la OTAN. Ambos acuerdos deberán ser refrendados por un próximo Comité de Planes de Defensa.

En los textos, de carácter secreto, figura el grado de movilización de fuerzas según el carácter de la crisis a hacer frente y la decisión de quién asumirá el mando. Como España no pertenece al mando militar integrado de la OTAN, la eventual movilización de fuerzas nacionales bajo mando aliado está limitada a misiones concretas, cuya duración es acordada de antemano. La única diferencia con el resto de los socios -a excepción de Francia, que no renuncia al mando nacional- es que cualquier cambio de planes necesita un acuerdo previo.

"Para el final se han dejado los dos acuerdos más difíciles", explican fuentes de la representación española ante la OTAN. Acaso el último en firmarse sea el de apoyo logístico, de gran complejidad técnica e implicaciones en el programa de infraestructuras de los aliados.

El control del Estrecho de Gibraltar es el que plantea mayores problemas políticos. La estrategia española, según fuentes de Exteriores, "es que la zona del Estrecho esté prioritariamente bajo el mando de España y que sean nuestras fuerzas armadas las que desempeñen las misiones principales".

Para este objetivo se está siguiendo una táctica de limar asperezas con el Reino Unido, que, aunque ha instalado misiles Exocet, ha retirado del Peñón la escuadrilla de aviones Jaguar y un regimiento. España esta dispuesta a aceptar el apoyo aliado para las tareas de defensa de esta zona, pero "aspira a asumir en solitario la defensa antiaérea".

Hasta el momento los dos países se han limitado a un intercambio de borradores, en los que las posturas parecen muy separadas. No se ha entrado todavía en la discusión en el seno de la Alianza.

Tanto el Reino Unido como España han optado por soslayar la cuestión de soberanía sobre Gibraltar. Para el Gobierno, este acuerdo es decisivo porque dará "una vía jurídica a una situación espinosa, cuya solución exigirá que, Gibraltar deje de ser de hecho una base británica".