Química casera
Jesús Alonso, inventor de las exposiciones / muestras sobre Ecología en la vida cotidiana (unas iniciativas para la divulgación de los comportamientos cívico-ecológicos y el consumo eco-selectivo, pensadas para una difusión municipal), "el modelo a seguir estaría en los municipios holandeses y daneses, que en la mayoría de los casos cuentan ya con estaciones de recolección de las sustancias químicas de uso doméstico". Así, en Aarhus, Groningen o Texel, es una cuestión de conciencia para cada vecino el elegir tirar los pequeños productos peligrosos por el retrete o la basura, o mejor concentrarlos en la estación de recogida que el ayuntamiento le ha situado no demasiado lejos de su casa. "Y holandeses y daneses están optando, en un 95%, por esta segunda posibilidad, ecológica, cívica y racional".La situación en los diferentes municipios madrileños es radicalmente diferente. La infraestructura de recogida para estos productos todavía brilla por su ausencia (aunque múltiples iniciativas para recoger las basuras peligrosas se encuentran, al menos teóricamente, en marcha), por lo que resulta aún más importante la actitud individual de cada ciudadano a la hora de manipular lo mejor posible la larga lista química casera.
El peligro mayor lo representan las lejías y desodorantes para el retrete, "que tiene la propiedad de destruir todo el equilibrio bacteriano de las aguas residuales", según Alonso, "a causa de sus componentes a base de paradiclorobenceno, que hacen muy dificil la depuración posterior de estas aguas. Otro concepto erróneo es relacionar brillo y limpieza, argumento en el que se basan casi todas las campañas televisivas de los fabricantes de productos de lirrípieza". Según los expertos, casi todo producto para el brillo significa impacto medioambiental importante. Las viejas normas de limpieza casera han vuelto a relvindicarse en muchas casas europeas y norteamericanas, a costa de menor brillo, pero no menor higiene o responsabilidad ambiental.
Olor a 'limón'
Por otra parte, los fabricantes de productos de limpieza siempre están aconsejando "consumir más y ínejor", por lo que, generalmente, nos encontramos utilizando entre tres y cuatro veces lo que realmente necesitamos para limpiar convenientemente algo. Otro ejemplo: ese olor a limón, tan deseado en los cuartos de baño, según un informe de los Amigos de la Tierra, por ejemplo, estará "fabricado con limoneno, un producto cancerígeno, pero no con limón natural, que es un excelente detergente". Dentro de la casa, el cuarto de baño es el mayor arsenal de peligroso armamento químico.
La rueda de los residuos peligrosos
La Agencia de Medio Ambiente madrileña ha preparado una rueda de los residuos peligrosos del hogar a partir de un modelo que ya tiene una enorme difusión en el Reino Unido, con las indicaciones, recomendaciones y precauciones propias para cada caso doméstico. Este utilísimo instrumento (si real mente se hiciese llegar a cada casa) constituye un primer paso importante en la batalla por el correcto uso de los productos químicos domésticos. Se gún datos de la CE, no en vano se calcula que una ciudad de 300.000 habitantes "arroja mensualmente al alcantarillado 3,75 toneladas de limpiador de inodoros; 13,75 toneladas de otros diversos pro ductos de limpieza y unas 3,5 toneladas de aceites de motores, anticongelantes y otros productos del automóvil". No se incluirían en estos datos todo lo que va a parar sobre el terreno mismo: descampa dos, ríos y cunetas. Unas cifras que, en el caso de la comunidad madrileña, deberían, nada menos, que ser multiplicadas por 5,5...La rueda en cuestión clasifica los productos de la química casera en tóxicos, inflamables, corrosivos e irritantes, permitiendo conocer en cada caso sus componentes peligrosos, las alternativas y productos sustitutivos e indica el manejo de sus residuos. Por ejemplo: para los limpiahornos recomienda como alternativa el uso de agua y bicarbonato; para los desinfectantes, 1/2 taza de bórax disuelta en 4,5 litros de agua; para los desatascadores, la mezcla de 50 ml de vinagre, 1 / 4 de taza de bicarbonato y agua hirviendo; para los limpiadores de alfombras y moquetas, bicarbonato sobre la alfombra "y pasar la aspiradora"; para los abrillantadores, una parte de zumo de limón y dos partes de aceite de oliva o vegetal, o para las lejías, cuando la colada, media taza de vinagre blanco o media taza de bicarbonato...
Conscientes del peligro
Un dato resulta especialmente significativo. Una tonelada de basura contaminada por un producto casero tóxico (de volumen inferior a medio vaso de agua) es igual a "una tonelada de basura de la que no se puede obtener rentabilidad alguna". Por el contrario, esa misma tonelada de basura, clasificada en casa, podría originar un 50% de su volumen en papel, vidrio y metal reciclable, más 300 kilos de compost (abonos agrícolas naturales).Consejos personales:
- Cuando se dirija a comprar el siguiente producto de limpieza, piense si existen alternativas de toda la vida que puedan ahorrarle la compra de éste. Además, estará ahorrando sufrimientos al entorno colectivo.
- Evite los ambientadores químicos en lo posible; prefiera las sustancias naturales, como la lavanda, el tomillo, las hojas de menta.
- La lejía úsela siempre con moderación.
- Lea y siga atentamente las atenciones de seguridad señaladas por el fabricante en las etiquetas. Conserve los productos químicos en su envase original. Infórmese bien de las características de cada producto de limpieza y analice cómo repercuten en el medioambiente, tanto el de su casa como del resto del planeta.
- Compre estrictamente la cantidad que necesite de un determinado producto; no lo use nunca en cantidad excesiva.
- Exija a su ayuntamiento la puesta en práctica de una red de recogida de productos químicos domésticos, según ocurre ya en otros puntos de la CE.
Direcciones útiles:
Concejalía del Medio Ambiente / Ayuntamiento de Madrid. Calle del Divino Pastor. Teléfono 44588 15
Animamedio, SA. Calle de las Infantas, 18. Teléfono 532 04 19.
Asociación-de Consumidores y Usuarios. Calle de Eguilaz, 6. Teléfono 4488609.
Agencia del Medio Ambiente. Calle de la Princesa.
Instituto Español de Toxicología.
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