El Parlamento iraquí acepta las condiciones para el alto el fuego impuestas por el Consejo de Seguridad

El Parlamento iraquí aceptó ayer las condiciones para el alto el fuego definitivo estipuladas en la resolución 687 de la ONU, a pesar de las críticas que ha suscitado en la prensa oficial. "Injusta" y "orientada a interferir en los asuntos internos de Irak" son algunos de los calificativos que le destinaba la agencia INA. La paz formal entrará en vigor tan pronto como Bagdad notifique su aceptación a la ONU. Al mismo tiempo, Sadam Husein nombró ayer un nuevo ministro de Defensa, sobre quien va a recaer la negociación de las exigencias de ese organismo internacional.

"No nos queda más remedio que aceptar la resolución para frustrar la conspiración norteamericano-sionista contra Irak", concluyó el informe de los comités jurídico y de exteriores de la Cámara, que de forma conjunta recomendaron su aprobación a los diputados. A continuación, los 250 miembros de la Asamblea discutieron a puerta cerrada la propuesta y la sometieron a votación. A pesar de calificarla de "humillante", 160 parlamentarios dieron su voto favorable a la aceptación y sólo 31 se opusieron.De acuerdo con el texto redactado por el Consejo de Seguridad de la ONU, Irak deberá deshacerse de todas las armas de destrucción masiva (nucleares biológicas y químicas) y destinar una parte de sus ingresos por petróleo a pagar reparaciones de guerra. El presidente del Parlamento iraquí, Saadi Mejdl Salej, estimó que la resolución 687 "hubiera sido justa y positiva" de haber establecido ese principio para toda la región. Sin embargo, y a pesar de pedir su aprobación, Salej consideré que "alienta la lógica de la fuerza y la intervención flagrante en los asuntos internos de Irak".

El día anterior, el mismo Salej calificó la resolución de "injusta y opresiva". Sin embargo, por la noche, una reunión del Consejo de Mando de la Revolución, la más alta instancia política de Irak, discutió "los últimos acontecimientos políticos de la escena internacional". Estas palabras de INA se referían, sin duda alguna, al decreto del Consejo de Seguridad. Todo parece indicar que el Consejo, que preside Sadam y al que asistió en esta ocasión el presidente del Parlamento, decidió aceptar. Como es habitual, la Asamblea endosa las decisiones del jefe del Estado.

Con esa decisión, empieza una nueva etapa en las relaciones con la comunidad internacional, para la que el presidente iraquí ha querido contar con un hombre de confianza. Ésa es la razón por la que, apenas dos semanas después de la última remodelación ministerial, ha apartado a un puesto meramente protocolario al general Saudi Tomaa Abas, un héroe de la guerra contra Irán. El hasta ahora ministro de Defensa, un verdadero professional castrense, ha sido sustituido por un íntimo del presidente, su primo y yerno Husein Kamel Hasan.

El nuevo titular de Defensa, al que Sadam también ha ascendido de coronel a general por sus méritos en la represión de la revuelta popular, va a ser el hombre clave con el que van a tener que tratar los observadores extranjeros a los que la ONU encargue vigilar la destrucción o neutralización del armamento iraquí prohibido por la 687. Fuentes periodísticas y diplomáticas de la región hablan de las dificultades que puede oponer el general Hasan, por cuanto él ha sido el responsable del levantamiento de ese complejo militar e industrial desde su anterior cartera, la de Industria e Industrialización Militar.