_
_
_
_

'Dama de Porto Pim', de Antonio Tabucchi, será adaptada el cine por José Antonio Salgot

El escritor italiano reclama el derecho a la huida frente al frenesí de la vida moderna

Antonio Tabucchi, que dejó de ser un oscuro narrador gracias a la adaptación al cine de su novela Nocturno hindú (publicada por editorial Anagrama), verá de nuevo llevado a la pantalla su personalísimo universo gracias a un director de cine español, José Antonio Salgot, que trabaja actualmente en el guión de Dama de Porto Pim, un libro de relatos, tan fragmentario y disperso como la mayor parte de las obras de Tabucchi, pero inspirado sobre todo por las islas Azores y los últimos pescadores de ballenas. Salgot ya tiene experiencia como adaptador de textos literarios, y obtuvo el respeto de la crítica con su versión cinematográfica de la novela Mater amatissima. Su última película fue Estación central

Tabucchi escribe en la actualidad una nueva novela que todavía se encuentra en esbozo, pero que pretende ser "una especie de Alicia en el país de las maravillas protagonizada por un personaje masculino y adulto que hace un recorrido onírico en el que realidad y sueño, recuerdo y presente, se encuentran en el mismo plano". Al igual que en otras ocasiones, Tabucchi se ha refugiado en la soledad para escribir. "Vivir es agotador", afirma, "y muy difícil. Más difícil que escribir. Para un escritor resulta cada vez más duro vivir su profesión, porque es difícil vivir el éxito, los compromisos que el éxito impone... Para preservarse de todo eso hay que ocultarse y tratar de encontrarse con uno mismo. La vida es una gran distracción, e impide tener eso que era tan irriportante para los latinos: el ocio, el ocio entendido en un sentido noble, el ocio mental. Es en este ocio mental donde puede trabajar la fantasía".Para Tabucchi, la vida moderna, que nos obliga a estar constantemente haciendo cosas y que nos ocupa incluso el tiempo de ocio con los hobbies, es la gran enemiga. Las pájaras que, como a un ciclista extenuado, le aquejan de vez en cuando, forman parte ya de una rutina vital que ha terminado aceptando incluso su familia. "A mí me gusta el tiempo libre. Sólo entonces respiro, soy yo. Por eso, cuando necesito encontrarme conmigo mismo no tengo otra elección que huir y ocultarme. A veces, para conseguirlo, basta con doblar una esquina para desaparecer. Durante ciertas temporadas me convierto en un desaparecido, hasta para mi familia, que me comprende. Ahora mismo he tenido que irme al campo". Normalmente, Tabucchi reside con su familia en Florencia, una ciudad, según él, "bellísima y detestable a la vez". Una dualidad que Tabucchi explica diciendo que "es bellísima porque allí nunca hay nada que hacer. Pero al mismo tiempo es una gran prostituta que se vende al turismo y al dinero, lo cual hace que durante largas temporadas resulte insoportable. Es en esos momentos cuando me entra una rabia intensísima y decido huir, ocultarme".

Afirmar, sin embargo, que es un cobarde le parece exagerado. "Pero todos tenemos una punta de cobardía que, curiosamente, a veces es la responsable de algunas de las grandes opciones que tomamos a lo largo de nuestra vida. La cobardía es un tema que me interesa mucho. El otro lado de la medalla, claro está, es la valentía, que me da mucho miedo también. Más que la cobardía, porque la cobardía pertenece al corazón, y la valentía a la razón, y yo siento una gran desconfianza ante la razón. En este siglo, sobre todo, se han cometido muchas barbaridades en nombre de la razón".

España y Portugal

En los años sesenta, fiel a la tradición anarquizante de la Toscana, la región italiana donde nació hace 48 años, Tabucchi comenzó a interesarse por los anarquistas españoles, nuestra guerra civil y, finalmente y con el tiempo, toda la cultura española y portuguesa. Tabucchi tiene a estas alturas de su vida vinculaciones muy fuertes con lo ibérico, sin distinción de Estados. De ahí que la situación de desconocimiento mutuo entre españoles y portugueses le parezca "muy curiosa, y hasta un poco cómica. Es como visitar un apartamento en el que los que viven en un lado no se hablan con los que viven en el otro. Viven juntos, cumplen las mismas reglas, pagan el mismo alquiler al mismo dueño, consumen las mismas cosas, pero no se hablan. Mi afición a la península Ibérica es cultural y sentimental. He absorbido muchas cosas de esta tierra, en los dos sentidos, y lamento esta situación de extrañamiento. Pero las cosas van a cambiar poco a poco. Portugal, hasta la democracia, estaba vuelto al océano. Ahora esa actitud está modificándose poco a poco. Lo noto cuando hablo con mis sobrinas portuguesas, que tienen una mentalidad exactamente igual que la de mi hija, que vive en Italia".Fernando Pessoa y Antonio Machado forman parte de la base cultural sobre la que Tabucchi construye su propia obra, que tiene además otro punto de referencia hispano en Cortázar: "Es el mejor cuentista mundial de la posguerra. Lo conocí gracias a una traducción italiana de Bestiario, pero luego seguí leyendo su obra en español. Me interesa mucho porque combina un sentido de lo fantástico que es de raíz latinoamericana con un sustrato cultural plenamente europeo. A mí me parece que Cortázar es más denso incluso que Borges. Éste se limita a mostrar el esquema de los cuentos, mientras que Cortázar nos da el esquema y el propio cuento, el marco y lo que está dentro del marco".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_