"Lo de la tradición rusa es una etiqueta"
Pregunta. La casa Pushkin se publica en Occidente después de haber pasado por muchos avatares. Fue un libro de larga elaboración y de difícil publicación.Respuesta. Tardé unos siete años en escribir esta novela, pero no estuve trabajando en ella todo este tiempo. Empecé a escribir el libro en 1964, lo olvidé durante un tiempo y lo retomé en 1970, cuando lo escribí en unos tres meses. No puedo decir, por tanto, que estuviera trabajando durante siete años en el libro, pero estuvo dentro de mí todo ese tiempo. Cuando lo acabé, en 1971, creía que era imposible que se publicara. Eran los tiempos de Jruschov y no había espacio para un autor como yo. El mejor año para situar el inicio del auténtico inmovilismo es 1971. No era, por tanto, una buena época para mi novela. En ella, uno de los personajes, el abuelo, regresa de los campos de Stalin después de 29 años. Ésta es una de las razones por las que la novela no era bien vista. Otra razón es el tipo de vida de mi protagonista: bebe, tiene líos amorosos... Todo eso estaba fuera de lugar en el realismo socialista imperante en aquellos tiempos. También se hace mención de los judíos. Fui el primero en hablar de ese tema directamente; yo no soy judío, pero era un tema importante en nuestro país y había que hablar de él. Conseguí publicar algún fragmento en revistas. En 1978, finalmente, se publicó en Estados Unidos, en ruso, y después se tradujo a varias lenguas europeas.
P. La literatura soviética, que ahora está de moda en Occidente, se vende como un bloque monolítico, con la etiqueta de continuadora de la gran tradición de la literatura rusa.
R. Los libros que se hacen ahora en la URSS como continuadores de la tradición clásica exhiben una etiqueta falsa. Todo nuestro realismo social se dice que está basado en la tradición clásica, pero está basado tan sólo en pequeñas partes de la épica de Tolstói y Gógol. Desde mi punto de vista, la tradición rusa cambia siempre. Pushkin, Lermontov y Gógol son la edad dorada. Y después vienen Dostolevski, Tolstói... Lo de la tradición rusa es una etiqueta, pero es algo muy variado. Es un error decir que nuestra tradición es toda igual. Es diversa.
Tres maneras de publicar
P. No le ha sido fácil publicar en la URSS.
R. En la Unión Soviética hay tres maneras de publicar, y yo he experimentado las tres. Primero, el samisdat, la autopublicación, que empezó para mí en 1970. Segundo, el tamisdat, o sea, la publicación en el extranjero, que inicié en 1978; y tercero, el disisdat, la publicación en la URSS, que empieza para mí en 1989.
P. Ahora, las cosas han cambiado y supongo que es más fácil publicar en su país.
R. Continúa siendo muy difícil, pero es cierto que ahora es más fácil publicar. Lo que ocurre es que en nuestro país no tenemos tradición de escritores profesionales, cosa que quizá será realidad si los buenos tiempos se prolongan. Por otra parte, ahora no es un buen momento para escribir, porque estamos todos inmersos en una función social importante, no tenemos la distancia suficiente para observar las cosas y no tenemos tiempo para escribir. En cambio, durante el inmovilismo, la vida era difícil, pero eran buenos tiempos para escribir. No profesionalmente, claro, pero sí para las ideas y los principios. Ahora, muchos de nosotros... En fin, me da vergüenza decir que trabajo muy poco, pero es cierto. Es consecuencia de los nuevos tiempos.
P. ¿Cómo funciona la organización de escritores independientes Abril?
R. Es muy dificil montar una auténtica organización de escritores independientes, porque la Unión de Escritores viene de los tiempos de Stalin. Ahora, las cosas están cambiando. Abril es un intento de organización de una comunidad de escritores más progresista. Necesitamos dinero. Abril ya ha publicado un almanaque (a medio camino entre la revista y el libro, una forma muy popular en la URSS) llamado Abril y pronto publicaremos libros. Pero todo se mueve muy lentamente. En la superficie hay libertad de palabra, pero todavía no la hay de imprenta. No porque esté prohibido, sino porque es muy difícil organizarse dentro de nuestro sistema académico.
P. Durante el periodo más difícil, ¿recibieron influencia de escritores rusos exiliados, como VIadímir Nabokov?
R. En los años setenta estaba de moda entre los escritores rusos leer a Nabokov. Lo leíamos a través de la editorial Artis, que recibió el permiso de Nabokov de publicar sus primeros libros en ruso. A la URSS llegaron muchos de esos libros y se convirtieron en libros de culto. Cuando escribí La casa Pushkin, de Nabokov sólo conocía el nombre, pero en las reseñas del libro siempre se cita mi conexión con Nabokov. La tradición de Nabokov se sitúa en la tradición rusa, porque era una literatura que empieza en los años veinte, siendo un emigrado, y chupa mucho de la tradición rusa. La literatura contemporánea nos llegó muy tarde a los autores rusos del interior. La construimos en la imaginación, y quizá Petersburgo, la ciudad, hizo mucho para nuestra educación perdida. El ambiente, la gran ciudad... Brodsky explicó, después de ganar el Nobel, que Petersburgo era muy importante para él. Y lo mismo para mí. Espero que algún día volverá el nombre de Petersburgo. Es una ciudad rara y muy bella, y, al mismo tiempo, menos humana que las otras ciudades europeas. Se levantó de una manera bastante artificial y lo grande en ella es esa mezcla de estilo imperial y europeo. Sientes que la tradición de Petersburgo está dentro de la tradición de la literatura rusa: Tolstói, Pushkin...
P. ¿Tiene mucho su novela de autobiográfica?
R. Es algo próximo a la experiencia de mi generación, y el héroe tiene mi edad, pero no es una autobiografía. En el libro hay una fuerte influencia de la tradición literaria, de antes y después de la revolución. Era ridículo comparar nuestra realidad soviética con la de las novelas clásicas. Puse a mi héroe bajo la influencia de Dostoievski, de Pushkin, de Lermontov, y era una paradoja que viviera realidades simultáneas: la realidad de los clásicos y la vida soviética actual. Ésta es la estructura del libro. Se ha dicho que era un libro sobre literatura,
"Lo de la tradición rusa es una etiqueta"
pero no, es un libro sobre la vida contemporánea. Es, de hecho, una mirada contemporánea sobre nuestra experiencia de los sesenta, pero también de los setenta, cuarenta y cincuenta.P. Han pasado más de 20 años desde que lo escribió. ¿Cambiaría algo ahora?
R. Bueno. Estoy contento de haberlo escrito en su momento. Si lo escribiera ahora sería con otro punto de vista. El libro consta de tres partes: una contemporánea, una segunda en la que el autor mira al héroe sabiendo ya lo que pasa y una tercera en la que el autor no sabe qué pasará.
P. En Francia se publicó el pasado año un libro suyo sobre Armenia.
R. Lo escribí hace 20 años, pero no ha perdido actualidad. Es la primera impresión de mi visita a Armenia. Era un paraíso antes del terremoto. Existían ya todos los problemas que ahora han estallado, pero eran tiempos de paz. Era la primera vez que yo salía al extranjero y describo a Armenia como tal.
Personaje innecesario
P. El protagonista de La casa Pushkin puede considerarse como "un hombre al margen".
R. Es una larga tradición de .la literatura clásica rusa, la del personaje innecesario, que sobra. En Occidente sería la persona no comprometida. Pushkin y Lermontov ya tenían un tipo de héroe así. Es un tipo Byron. No tiene nada que hacer, pero vive muy bien desde el punto de vista del nivel social. Más tarde se repite con Gógol y Dostoievski. Mi héroe está en esta tradición, pero en un tiempo en que todos somos iguales.
P. Los libros descriptivos del antiestalinismo, como Los vestidos blancos, de Dudintsev, siguen la línea de la tradición rusa de la novela río.
R. No creo que esté en la tradición clásica. Yo lo estoy más. Son libros de la tradición de escribir buenos libros para las revistas. Es más en la tradición occidental. Dudintsev me cae bien personalmente, ha desempeñado un determinado papel y necesitarnos libros como los suyos, pero su obra no tiene nada que ver con la mía.
P. ¿Cómo ha sobrevivido todos estos años sin poder publicar?
R. Es difícil explicarlo a los occidentales. En Rusia hay poca diferencia entre rico y pobre. He hecho traducciones...
P. Ahora, sin embargo, ha podido viajar al extranjero.
R. En los últimos cuatro años he viajado mucho por el extranjero. A Estados Unidos he viajado dos veces y me he encontrado con mis amigos emigrantes. Ahora es más fácil viajar, pero en 1986-1987 fui uno de los primeros en viajar al extranjero.
P. ¿Se encontró allí con Brodsky?
R. Sí, lo vi. Somos de la misma ciudad. Éramos vecinos y nos encontrábamos por la calle en los años sesenta o inicios de los setenta. Él dice que regresará a la URSS cuando se publique toda su obra, cosa que se está haciendo en la actualidad. Nos sentimos muy orgullosos de que le dieran el Nobel. Tiene miedo de un ataque al corazón. Hace casi 20 años que está fuera de la URSS y ya ha tenido dos operaciones de corazón. Tiene derecho a escoger cuándo quiere regresar. Para mí es un gran poeta.
Babelia
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