Los 'Chaplin' rusos

La compañía de payasos rusos Litsedei se formó hace unos 15 años, adscrita al Palacio de la Juventud de Leningrado. Sus componentes eran entonces unos apasionados de la pantomima. Desde hace 11 años, Litsedei tiene su teatro propio y se ha convertido en una compañía de prestigio internacional por su lenguaje cómico muy personal. Ellos no dudan en reconocer la influencia que han ejercido en su trabajo los maestros Charles Chaplin y Marcel Marceau.

"Nuestras influencias son muy diversas. En Chaplin y Marceau reconocernos a nuestros maestros porque en su trabajo se reúnen la poesía y una filosofía del arte con una tonificante crítica social", declara Poulonine Slava, director de la compañía. "Sin embargo, nosotros hemos bebido en el lenguaje de las vanguardias, desde la pintura de Dalí hasta el teatro de Grotovski o al Sankai Yuku de Japón, pero al mismo tiempo nos alimentamos de una tradición que va desde la comedia del arte italiana a la utilización del cuerpo y el gesto en los teatros de India o de China y llega por supuesto a nuestra bufonería rusa.En las aldeas rusas existió un personaje muy particular, medio mendigo, medio bufón, medio profeta, que actuaba en las calles sólo con un bastón y un saco y que representaba el único contacto de estas gentes con el teatro. Ahora intentamos con nuestros planes recuperar esta figura", añade Slava.

Litsedei posee en estos momentos una escuela de pantomima en la que ingresan al año unos 100 alumnos que reciben una completa formación técnica que incluye danza clásica y moderna, artes marciales, música y acrobacia, junto a técnicas corporales del mimo y del payaso. "De estos 100 alumnos elegimos uno o dos cada año para integrarlos en la compañía", dice el director de la companía.

Los componentes del grupo Litsedei se consideran a sí mismos como niños dentro del mundo de los adultos, y quieren despertar en el público el mundo infantil que dejaron atrás, pero sin embargo no les gusta que los niños acudan a sus representaciones. Litsedei tiene en su haber casi todos los premios del teatro ruso, y a pesar de que en sus espectáculos está presente una crítica contra la burocracia soviética, nunca han tenido problemas de censura. "Lo que sí buscamos siempre es romper la mentalidad del no, no, no, imposible, en la que ha estado sumido nuestro país, durante tanto tiempo, para sustituirla por la de todo es posible. Litsedei tiene esta filosofía desde hace muchos años; el Estado ha tardado un poco más, pero se está poniendo al día", concluye P. Slava.