'Profundidad estratégica'
El concepto de profundidad estratégica es la gran barrera argumental que el Likud, la coalición derechista que dirige el Gobierno de Israel, opone ante cualquier perspectiva racional de solución del problema palestino. Ésa es también la piedra de toque donde se bifurcan las posiciones, por lo demás similares, de Isaac Shamir y el laborismo.Cinco años de autonomía limitada para los territorios ocupados, sin competencias sobre defensa, política exterior ni seguridad de los colonos israelíes, y conversaciones directas, al cabo de tres años, para una "solución definitiva", son planes basados en los acuerdos de Camp David que los dos partidos mayoritarios de Israel comparten desde el 14 de mayo de 1989 y que tienen un eco claramente positivo entre los palestinos.
El problema de la representación de éstos sigue siendo un escollo que puede durar largo tiempo pero que no agota las dificultades de fondo. El Likud y el laborismo coinciden en que la "solución definitiva" no puede ser un Estado palestino independiente y en que la "frontera de seguridad" de Israel debe seguir siendo el Jordán, lo que implica un despliegue permanente del Tsahal junto al río.
Es ahí donde Shamir, que ya no justifica el Gran Israel con argumentos bíblicos, saca razones que ponen cualquier solución bajo mínimos. ¿Cómo mantener tropas en un estrecho pasillo que corre entre Jordania y las montañas de la orilla occidental del Jordán si éstas caen en manos de los palestinos? La "frontera de seguridad", razona el Likud, requiere una profundidad estratégica, es decir, que el control israelí sobre Cisjordania sea irrenunciable. Los laboristas sostienen, en cambio, que esa dificultad se puede superar mediante la desmilitarización permanente de los territorios y acuerdos complementarios.
Shamir hizo ayer que Baker recorriera en helicóptero la zona, para que entendiera los argumentos del Likud sobre el propio terreno.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.