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Entrevista:

"La música es mi terapia"

Con los ojos clavados en el suelo, Antonio Vega responde con calma, como ajeno. Sólo parece reaccionar cuando la conversación se introduce en temas estrictamente musicales. Entonces, este compositor, cantante y guitarrista que comienza "de cero", dice, a los 33 años, alza la vista, mira de frente y olvida su timidez. Defiende sus ideas con vehemencia y no le importa balancearse en el tiempo, una de sus obsesiones."En mi familia", recuerda, "el apoyo fue claro y contundente cuando empecé a componer y conseguí demostrar que podía grabar mis canciones y vivir de esto. Que tocar la guitarra no era un cuento chino". Hasta entonces, Antonio Vega estudió dos años de Arquitectura, otros tantos en una escuela de pilotos, siempre con la duda de la elección. "Sentía una atracción enorme por el hecho de tocar, y veía que mis horas y mi tiempo se llenaban cuando tocaba. La música era capaz de hacerme olvidar el paso del tiempo y, los problemas. No quería otra cosa que música, y coincidieron una serie de casualidades que me distanciaron de todo lo demás".

Esas casualidades se resumen en un nombre: Nacha Pop. Un grupo importante en la música española de la década de los ochenta, hasta su separación en 1988. Casi tres años después, Antonio Vega no olvida aquellos tiempos: "Cuanto más lejano estoy de la historia de Nacha Pop, más cerca estoy de todo aquello. Añoro subirme a un escenario. Cuando actúas, te descargas de energía mal acumulada, de fantasmas. Pasas a un mundo diferente y dejas todo abajo. Es mi terapia, algo peligrosamente atractivo".

Necesidad

Con No me iré mañana, su primer disco en solitario, Antonio Vega intenta recuperar solo esta necesidad. "Soy una persona muy solitaria, a la que le cuesta trabajo exteriorizar sus cosas si no es a través de sus canciones. Siempre he contado con un apoyo que ahora no tengo, y no soy un relaciones públicas especialmente brillante. Es un reto que al principio me asustaba, pero ahora creo que lo puedo llevar".En este disco, Antonio Vega mantiene la línea que ya le caracterizó en Nacha Pop, y que él define como "de textos intimistas, de varias lecturas, para que cada uno los interprete a su manera. Mis temas han calado hondo cuando alguien es capaz de identificarlos con una situación determinada. Las canciones son el prisma de que dispongo para contar las cosas que suceden".

Antonio Vega define su nuevo trabajo como "un disco sin planteamientos a priori. La imaginación ha dictado la forma de hacerlo, y cada tema plantea un mundo aparte. He intentado mantener la conexión entre texto y música, aunar el sentido poético, el fonético y el rítmico, que son lenguajes artísticos diferentes". Y termina volviendo a enlazar el pasado y el futuro: "Estoy orgulloso de mis canciones con Nacha Pop, porque me han dado la oportunidad de formarme un sentido autocrítico bastante grande. Me han puesto el listón a una altura elevada, pero no rígida. Pienso que hay un espacio por el que no tengo que pelearme con nadie. La gente pide de mí que siga siendo Antonio Vega".

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