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Susto en el Kremlin

El grito de guerra lanzado este fin de semana por el líder de la Federación Rusa, Borís Yeltsin, asustó al Kremlin. El jefe del Parlamento soviético, Anatoli Lukiánov, se apresuró a comparecer ante las cámaras de televisión para criticar lo dicho por el gran rival del presidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, aunque ni la televisión ni la radio oficiales transmitieron ni una palabra del duro discurso pronunciado el sábado.Así, la inmensa mayoría de la población obtenía una información mediatizada y negativa de las palabras vertidas por Yeltsin en la Casa de los Cineastas. Además, Lukiánov aprovechaba para transmitir directamente a los partidarios del poder central que hoy deben asaltar los micrófonos del Sóviet Supremo para protestar contra la "declaración de guerra" del líder ruso.

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Borís Yeltsin quiere guerrear contra el Kremlin creando un "poderoso partido organizado" que tenga como base el movimiento Rusia Democrática. Para ello enviará a provincias "representantes plenipotenciarios" que ayuden a aplicar sobre el terreno la política del Parlamento ruso y de su Gobierno y luchen contra el acaparamiento en unas mismas manos del puesto de jefe de las organizaciones locales del Partido Comunista de la URSS (PCUS) y del cargo de presidente de los sóviets.

Para lograr esto último, Yeltsin amenazó con recurrir a los tribunales. Advirtió que el 15 de marzo entra en vigor la ley rusa sobre la incompatibilidad entre los mencionados cargos. Si para el día 16 los presidentes de los sóviets no han renunciado a sus puestos en el partido serán planteadas las correspondientes acciones legales para llevarles ante los tribunales.

Yeltsin también pasó revista a los errores cometidos. El primero consiste en que "los demócratas viven un periodo de euforia" después de la victoria en las elecciones de la primavera del año pasado. El segundo es haber creído que Gorbachov realmente apoyaba el programa de reforma económico de 500 días.

Tras la renuncia de Mijaíl Gorbachov a este programa, las fuerzas democráticas "estuvieron desorientadas y perdieron cuatro meses". Añadió que, por fin, el 19 de febrero hizo su elección: lanzar una gran ofensiva contra Mijaíl Gorbachov para defender la "democracia en peligro".

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