Sonidos mozartianos
El Auditorio Nacional se llenó el pasado jueves de sonidos mozartianos gracias a la actuación de dos agrupaciones de cámara: los Virtuosos de Moscú, de Spivakov, hoy residentes en Oviedo, en unión del Coro Príncipe de Asturias, quien presidió el acto, y la Orquesta de Cámara de Lituania, de Sondeckis, con la pianista madrileña Silvia Torán.Conocí al conjunto lituano en el concurso berlinés de la Fundación Karajan, 1976, en el que fue galardonado. Quedan aún algunos componentes de entonces y persiste la calidad y el refinamiento reflejo de un trabajo bien orientado y continuado. Se demostró ya en la Sinfonía de la pasión, de Haydn, música honda, teñida de cierto dramatismo no lejano del que intensifica las Siete palabras escritas para Cádiz. Como contraste, explotó la felicidad mozartiana en el Concierto en mi bemol, denominado Geunehomme, por su dedicatoria a una intérprete de ese apellida, por la que Wolfgang Amadeus debió encontrar tanto atractivo como el que posee hoy la pianista madrileña Silvia Torán.
Los Virtuosos de Moscú y la Orquesta de Lituania
Los Virtuosos de Moscú. Director: V. Spivakov. Coro Príncipe de Asturias. Director: G. Miranda. Orquesta de Cámara de Lituania. Director: S. Sondeckis. Solista: S. Torán, pianista. Obras de Mozart, Haydn, Bocherini y Vivaldi. Gran Auditorio. Madrid. 7 de marzo.
Torán
Vestida "in modo mozartiano", la Torán tocó la página, verdadero derroche de inventiva y variedad, con sentimiento natural, bello juego y recto criterio que triunfaron sobre cierto nerviosismo y algún exceso de tiempo como en el rondó final. La solista se mostró cual es: una artista distinto y de finas calidades. Luego, tres oberturas de Vivaldi, una serenata y La música nocturna de las calles de Madrid de Bocherini .Vladimir Spivakov parece entender a Mozart desde otros ángulos, tanto como director, cuanto como violinista. Si la Sinfonía número 24 fue tocada con perfección en cuanto a la técnica mecánica, el Concierto número 5 no nos dió la imagen que conservamos del artista soviético. Hizo un Mozart azogado y espectacular, más inquietante que sereno. Lo mejor fue la Misa de la coronación en la que nuevamente brilló la categoría del Coro Príncipe de Asturias que dirige José Esteban García Miranda. Cantó preciosamente la soprano Araxian Davtian cne la mezzo Elizabeth Graf, el tenor Alibek Dnishev, y el bajo español José Antonio Carril.
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