Irak libera a 10 prisioneros de guerra
Irak liberó ayer a los 10 primeros prisioneros de guerra de la fuerza multinacional, incluida una militar norteamericana, en respuesta al "gesto simbólico de buena voluntad" pedido por el comandante supremo de la coalición, general Norman Schwarzkopf, en su reunión del domingo con la delegación militar iraquí, que aceptó, en nombre de su Gobierno, las condiciones del armisticio impuestas por Estados Unidos y, los países coligados.
El mando militar norteamericano en Riad decidió corresponder con otro gesto similar a la decisión de Bagdad y anunció que 300 de los más de 63.000 prisioneros iraquíes serían liberados hoy martes. El intercambio inmediato de prisioneros fue la primera condición impuesta por el presidente George Bush al ordenar el cese temporal de hostilidades. EE UU no está dispuesto a terminar su guerra contra Sadam Husein hasta que Irak devuelva a todos los efectivos capturados, incluidos los más de 30.000 kuwaitíes trasladados a territorio iraquí.Las intenciones norteamericanas fueron expuestas ayer por el jefe del estado mayor conjunto, general Colin Powell, en un discurso cargado de emoción y dirigido a la convención anual de ex combatientes norteamericanos. "Esta guerra no terminará hasta que todos los prisioneros de guerra hayan sido liberados y sepamos el destino final de todos los clasificados como desaparecidos en combate", subrayó.
Los 10 liberados son seis norteamericanos (entre ellos, la especialista Melissa Anne Rathbun-Nealy), tres británicos y un italiano. Todos ellos vestidos con monos amarillos con las letras P. W. (iniciales inglesas de prisioners of war, prisioneros de guerra) fueron entregados a la custodia de la Cruz Roja Internacional en Bagdad por un general iraquí.
Posteriormente, y tras recibir bocadillos, refrescos y chocolatinas, emprendieron viaje por carretera con dirección a Jordania en vehículos de la organización internacional con matrícula suiza. Los embajadores de Estados Unidos, Gran Bretaña e Italia en Ammán se desplazaron al puesto fronterizo jordano de Al Ruweished, donde recibieron a los ex prisioneros. Allí, los 10 liberados cambiaron sus ropas amarillas por unos jerséis y pantalones grises y embarcaron en un avión militar rumbo a Ammán, la capital jordana.
En una conversación en el hotel en que se alojaron antes de su partida, los liberados charlaron con los periodistas, pero se negaron a revelar dónde habían permanecido ni las condiciones de su cautiverio.
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