El estudio asistido como alternativa a la religión no agrada a los obispos

El secretario de la Conferencia Episcopal, Agustín García Gasco reconoció implícitamente ayer que el Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) había ofrecido a la jerarquía eclesiástica la posibilidad de introducir en la LOGSE una hora semanal de estudio asistido como alternativa a la asignatura de religión y moral católicas. Esta solución no es del agrado del episcopado, que sigue prefiriendo la ética. Los obispos responderán al Gobierno en un prudente plazo, con posterioridad a los previstos cambios ministeriales.

García Gasco -a preguntas de los informadores concentrados ante la puerta de la sede de la Conferencia Episcopal, en la madrileña calle de Añastro- dijo que "una hora de estudio asistido no es una asignatura". El secretario del episcopado, que midió a conciencia sus respuestas, quiso dejar las puertas abiertas a la negociación e insistió en que había que profundizar en el diálogo y "la sana colaboración".La oferta realizada mediante carta por el titular de Educación, Javier Solana, y a, la que dio lectura García Gasco en el seno de comisión permanente fija una hora de religión católica semanal y como alernativa el estudio asistido. Todos estos temas ya estuvieron sobre la mesa en la reunión que jerarquía episcopal y MEC mantuvieron el pasado 18 de febrero y sobre la que ambas partes mantienen absoluto silencio.

El problema que plantea la alternativa del estudio asistido -el antiguo repaso- es que en ella no se calificará al alumno, como es obvio. Mientras que la materia de religión y moral católicas, si es equiparable a una asignatura fundamental, deberá permitir tal calificación. La negociación, no obstante, podría permitir un acercamiento entre obispos y MEC si se amplia a dos horas semanales la materia de religión en el período obligatorio de enseñanza que fija la LOGSE.

Otro tema a solucionar será el de la equiparación de ese profesorado de religión, que elige la jerarquía católica, a los funcionarios, es decir, los maestros. Ahí las posibilidades de acuerdo parecen lejanas. Pero de momento todas las propuestas están sobre la mesa y son susceptibles de modificación. Otro hecho que preocupa a los obispos es la inminencia de los cambios ministeriales, que algunos fijan en la próxima semana. Quizás por ello, la jerarquía católica ha aplazado su respuesta al ministro.