Educación va a ensayar en mayo un nuevo modelo de examen de selectividad

El Ministerio de Educación ha encargado a expertos en evaluación escolar la elaboración de una prueba objetiva comprensiva de todas las materias comunes y de especialidad del examen de selectividad, según ha podido saber este diario de fuentes universitarias. La prueba se ensayará en mayo próximo, sobre una muestra de 1.000 o 1.500 alumnos de los que actualmente realizan los estudios del COU, y, lógicamente, no tendrá efecto alguno en su calificación.

Las fuentes, que no precisaron en qué provincia o provincias se realizará el ensayo, dijeron que se aplicará en los propios centros en los que los alumnos cursan sus estudios de COU. Hay que recordar que el verdadero examen de selectividad lo coordinan y elaboran las propias universidades, a las que la legislación vigente atribuye la competencia en la selección de sus futuros alumnos. "Por esta razón", dijeron las citadas fuentes, "el proyecto ministerial no tendrá, suponemos, el otro fin que el de ensayar posibles fórmulas alternativas al actual examen, sin duda con vistas a su perfeccionamiento y a la hipotética implantación de una prueba única estatal y en el marco de un también eventual distrito único o compartido" Dijeron también los informadores que el ministerio probablemente no quiere dar publicidad a este proyecto para evitar que interpretaciones equivocadas pudieran contribuir a añadir ansiedad al estado de ánimo, ya suficientemente tenso, de los estudiantes que en este momento empiezan a pensar con zozobra en la proximidad de la prueba de selectividad de mayo.

Sucesivas modificaciones

En 1974, siendo titular de Educación Cruz Martínez Esteruelas, se puso en vigor la llamada Ley de Selectividad y también Ley Esteruelas. Desde entonces las sucesivas administraciones han ido modificando las normas para la realización del examen, siempre con la intención explícita de "racionalizarlo ". La propia estructura del curso de orientación universitaria (COU), convertido prácticamente en un año dedicado exclusivamente a la preparación de dicho examen, se ha ido adaptando a tal fin.Pero la importancia que con el tiempo ha adquirido la califcación obtenida por el alumno en la prueba para su elección de carrera ha movido a la Administración a modificar más los antecedentes del examen que la materialidad del mismo.

Así, la última reforma consistió básicamente en dar al estudiante la posibilidad de elegir a partir del tercer curso del bachillerato, y en el COU, entre cuatro modalidades de enseñanzas adaptadas a cuatro grandes áreas de conocimento, relacionadas directamente cada una de ellas con un grupo concreto de carreras universitarias. Por otra parte, el alumno se examina de todas las materias cursadas en el COU (tanto de las comunes a las cuatro opciones como de las específicas de cada una de ellas), en lugar de elegir entre algunas, extraídas, además, por sorteo en el acto de empezar el examen, como sucedía anteriormente.

Dada la trascendencia de una décima de punto en la calificación, la última reforma intenta evitar que el aspirante a cursar determinados estudios superiores considerados difíciles eligiera examinarse de aquellas disciplinas teóricamente más fáciles y que le ofrecían más posibilidades para mejorar su nota, aunque no guardaran la menor relación con la carrera que pretendían cursar en la Universidad.

Al margen de cambios de esta naturaleza, la prueba ha respondido siempre a la misma metodología: ejercicios escritos en los que el alumno ha de contestar a las cuestiones de carácter teórico con mayor o menor limitación de espacio, pero con libertad para desarrollar sus respuestas de acuerdo con su personal criterio, y, como los alumnos suelen decir, con todas las posibilidades para enrollarse.

Las ventajas y los inconvenientes. de este tipo de exámenes son conocidos. Hay quienes los defienden argumentando que es únicamente el examen de respuesta libre el que permite calibrar la madurez del aspirante a cursar estudios universitarios, algo que, en cierto modo, puede revestir mayor importancia que el recuerdo, o el olvido, en ocasiones momentáneo, de determinados conocimientos.

Detractores

Entre los detractores están quienes subrayan la enorme subjetividad del examen de respuesta libre, cuya calificación se encuentra tantas veces a merced del humor del profesor que corrige.Con todo, tras casi 20 años de experiencia, jalonados por verdaderos ríos de tinta crítica (tanto sobre la mera existencia de la prueba de acceso como sobre su siempre supuesta irracionalidad), hasta ahora no se conocen estudios más o menos sistemáticos ni de la Administración, ni de las propias universidades, encaminados a ensayar fórmulas de examen susceptibles de reducir o eliminar la subjetividad 31, sobre todo, de mejorar la equidad en el juicio sobre los alumnos ante, un acontecimiento de tanta trascendencia para su futuro.