Gorbachov pide que se aplace el ataque a Irak
La URSS piensa que Irak aún puede aceptar las condiciones de los norteamericanos y, mientras tanto, el líder soviético, Mijaíl Gorbachov, ha pedido al presidente de EE UU aplazar la ofensiva milita terrestre en dos o tres días. Sin embargo, si las fuerzas multinacionales emprenden el ataque, Moscú seguramente no lo condenará, limitándose a lamentar que sus esfuerzos de paz no hayan dado resultado. Esto es lo que se deducía de las conferencias de prensa dadas en el curso del día de ayer por el portavoz presidencial, Vitali Ignatenko.
La actitud de Irak hacia el ultimátum de EE UU "cambiará", considera Ignatenko, aunque no ha "escuchado nada concreto" al respecto. Aziz, según el portavoz, no ve "grandes diferencias entre el plan soviético y el ultimátum de EE UU". Esta constatación de Aziz, al parecer, hizo decir a Yuri Vorontsov, representante de la URSS en la ONU, que Irak prácticamente aceptaba el "comunicado norteamericano".Sobre el posible comienzo del ataque terrestre por parte de la coalición antiiraquí, Ignatenko dijo: "Irak ha despreciado hoy la oportunidad de solucionar pacíficamente el conflicto", recordando que ésta no es la primera vez que Sadam Husein pierde. "Sólo queda confiar en que el sentido común triunfe y que Irak tenga el valor de retirar sus tropas de Kuwait", señaló. Preguntado si la URSS condenará a EE UU si comienza ya la ofensiva, Ignatenko dijo sólo que lo lamentarían.
Estas declaraciones y el tono de las conferencias de prensa de Ignatenko permiten concluir que la URSS no parece dispuesta a arriesgar sus relaciones con EE UU por la guerra en el Golfo. Además, en el informe de las conversaciones mantenidas entre Gorbachov y Bush, el portavoz soviético declaró que el primero había subrayado que "ninguna prueba" podrá modificar la decisión de ambos líderes de mejorar sus relaciones.
Ayer, Gorbachov siguió tratando de impedir por todos los medios que se desencadenara la ofensiva terrestre y de conseguir una aprobación del plan de seis puntos que había logrado acordar en Moscú el viernes con el ministro de Exteriores iraquí, Tarik Aziz y que, como informó éste el sábado antes de regresar a Bagdad, fue aceptado y apoyado por el Consejo de Mando de la Revolución.
Este plan constituía una mejora de otro de ocho puntos que habían elaborado en la madrugada de ese día y el resultado de la nueva ronda de negociaciones que, por encargo de Gorbachov, mantuvieron el ministro de Exteriores soviético, Alexandr Besmértnij -que acababa de regresar de España- y Yevgueni Primakov, especialista en Oriente Próximo que estuvo recientemente en Bagdad enviado por el presidente.Dos concesiones
El plan de seis puntos contenía dos concesiones importantes a las fuerzas multinacionales. Primero, las resoluciones del Consejo de Seguridad dejarían de regir -y con ellas las sanciones económicas- sólo después de la completa retirada de las tropas iraquíes de Kuwait (el plan de madrugaba exigía el levanta miento de las sanciones contra Irak cuando éste hubiera retira do los dos tercios de sus tropas). Segundo, el control del alto el fuego y de la retirada iraquí esta rían a cargo de los "observado res o fuerzas de mantenimiento de paz" determinados por el Consejo de Seguridad. El plan anterior, en cambio, estipulaba que en el control no podrían participar las fuerzas multinacionales, mientras que ahora todo queda a criterio de los 15 miembros del Consejo de Seguridad.El nuevo plan incluía también, a diferencia del anterior, un calendario para la retirada de las tropas iraquíes: un plazo de 21 días, y en los cuatro primeros deben abandonar la ciudad de Kuwait. Además, da tres días para "liberar y repatriar a los prisioneros de guerra".Retirada inmediataLos otros dos puntos, el primero y el segundo, repetían los del plan anterior, con la sola diferencia de que eran más explícitos. Así, en el primero Irak aceptaba "cumplir la resolución 660 del Consejo de Seguridad, es decir, retirar de inmediato y sin condiciones todas sus tropas de Kuwait a las posiciones que ocupaban el 1 de agosto de 1990", día anterior a la agresión. El segundo establecía que esta retirada comienza al día siguiente del cese de las hostilidades "en tierra, mar y aire".Después de que se hicieran públicos estos seis puntos, Ignatenko reconoció que la posición de EE UU "es todavía más dura de lo que contempla el plan soviético", pero explicó que es "lo máximo que se ha podido conseguir de Irak". Este máximo, como quedaría claro más tarde, no satisfizo a Washington y Bush dio un ultimátum a Irak para que comenzara la retirada de las tropas sin esperar un alto el fuego.
Gorbachov habló el sábado por teléfono con una serie de di rigentes, entre los que se contaron el primer ministro británico John Major; el presidente del Consejo de Ministros de Italia Giulio Andreotti; el presidente egipcio, Hosni Mubarak; el d
Francia, François Mitterrand, y los jefes de Gobierno de Alemania, Japón e Irán.
Según Tass, en estas conversaciones telefónicas Gorbachov constató la existencia de "un nueva situación, creada como resultado de la aceptación por Irak de retirar inmediatamente y sin condiciones sus tropas de Kuwait". "Esto hace que sea realizable en los próximos días el principal objetivo que contiene el mandato formulado en las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU", decía la agen cia oficial soviética."En todo caso, en la nueva situación creada el 22 de febrero de 1991 será muy difícil explicar a los pueblos, a la opinión pública, y en primer lugar a los países árabes, por qué no se aprovechó la posibilidad surgida y no se evitó la pérdida masiva de vidas de soldados y ciudadanos árabes" concluye el comunicado de Tass. Más tarde, Gorbachov tuvo una nueva conversación telefónica con Bush en la que pidió al presidente norteamericano que no lanzara la ofensiva militar terrestre por lo menos en los próximos dos o tres días. Los soviéticos todavía tenían esperanza ayer de que se pudieran fundir el plan soviético y las exigencias norteamericanas.
Los soviéticos ya no tendrán más contactos con Irak, aseguró Ignatenko. Los últimos fueron la conversación telefónica sostenida por Mijaíl Gorbachov y Tarek Aziz minutos antes de que éste partiera ayer de regreso a Bagdad. En ella Gorbachov advirtió sobre la gran responsabilidad que recaía sobre Irak y le aconsejó que "sopesara" las consecuencias que tendría la "última fase de la guerra", dijo el portavoz presidencial.
Pocas horas después de que el plazo fijado en el ultimátum de Estados Unidos expirara, el ministro de Asuntos Exteiores soviético, Alexandr Besmértnij, telefoneó al secretario de Estado norteamericano, Janies Baker. Éste alabó los esfuerzos que la Unión Soviética había hecho para conseguir la paz, pero dijo que como Irak no había cumplido con el ultimátum las operaciones militares continuarán".
¿Cuál ha sido la promesa?
¿Qué prometió Bush a Gorbachov para que la posición soviética se suavizara hasta el punto de no estar ya dispuesta a condenar el comienzo de la ofensiva terrestre de las fuerzas muffinacionales? Ésta es la gran pregunta que se hacían ayer los observadores políticos en Moscú.Y el cambio de posición está a la vista. Después de haber logrado el acuerdo de Irak, resumido en seis puntos, para una retirada de Kuwait, Gorbachov llamó a los dirigentes de Italia, Francia, Reino Unido y de otros países al ver que Estados Unidos quería seguir adelante hasta derrotar completamente a Irak. "Los esfuerzos de la URSS, que aprovechó sus posibilidades frente a Irak, han conducido a que la guerra pueda ser detenida de inmediato. No hay que fingir en este momento que no ha sucedido nada importante y continuar acelerando el carro de la guerra", les habría dicho Gorbachov, según informó ayer la agencia Tass.
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