Notarios y registradores se acusan del colapso mercantil producido por la nueva legislación
A los casi 14 meses de vigencia de la nueva ley de Sociedades Anónimas, que se inició en enero de 1990, el tráfico mercantil ha experimentado un colapso que algunos notarios atribuyen a las diferencias de interpretación entre cada registrador mercantil y al deseo de justificar su función. Los titulares del Registro Mercantil creen exageradas las críticas a los notarios y señalan que un 25% de las escrituras de sociedades - 25.000- tienen que devolverlas, por defectuosas, a pesar de lo cual sólo se han presentado unos 50 recursos contra el criterio de registrador.
Las críticas al atasco de los registros mercantiles, en donde tardan hasta 60 días en inscribir una sociedad, provienen fundamentalmente de algunos notarios que han pedido a este periódico preservar su identidad, así como oficiales de notarías. Todos ellos coinciden en que los registradores mercantiles realizan las calificaciones con una interpretación personal, individual, que conduce a que "si hay 17 registradores hay 17 criterios", dicen. Añaden que no discuten la competencia de los registradores, aun de elegir registro agrava el problema, a diferencia de la libertad de elección de notario.Tales notarios acusan también a los registradores de modificar sus propios criterios, de modo que hace una calificación 10 veces de una forma y a la de 11 la cambian". Entre los problemas "gravísimos" que esta actitud produce, los notarios resaltan la no realización de operaciones mercantiles a causa del coste registral de la transformación de la sociedad o del nombramiento de expertos,. En cuanto a los recursos, un notario se queja de que la dirección general de los Registros y el Notariado, del Ministerio de Justicia, tarda mucho en resolverlos, en algunos casos un año".
Por su parte, José María de Prada, decano de los notarios, atribuye los problemas producidos a la nueva ley de Sociedades y a su reglamento, "minucioso y legalista, interpretado a veces por los registradores en su pura literalidad, mientras que los notaríos", dice, "estamos más en contacto con la realidad". De Prada califica de "tarea rneritoria" la que realizan los registradores, aunque estima que están sobrepasados de trabajo y ante el problema de la interpretación de una norma nueva".
'Tiquismiquis'
Una crítica más radical realiza el abogado mercantilista José Merino, para quien el antiguo proyecto de convertir a los registradores en funcionar-los sin arancel [percepción directa de los ciudadanos a quienes pres tan sus servicios] les conduce a "buscar tiquismiquis para justi ficar su profesión". Merino es tíma "absurdo exigir la fecha de nací miento de un consejero o apoderado" y recuercla que una vez envió para inscríbir en el registro el nombramiento'de tres consejeros, trámite que tar dó tres meses, con lo que caducó el asunto y al final se, le rechazó. Expuestas estas críticas al decano de los registradores, José Poveda, así como a Manuel Casero, miembro de, la actual junta de gobierno, y al presidente de los registradores mercantiles de Madrid, José Antonio Calero, las estirnaron exageradas. Reconocieren que existen diferencias de eriterio entre los registradores -"somos personas", dijeron- y defendieron la no elección del registrador, -"porque el registrador lleva el historial del asunto" y porque Ia no elección es garantía de imparcialidad, como ocurre con el juez".Los registradores recordaron que ellos son los primeros interesados en inscribir -"si no inscribo, no cobro", dijo uno de ellos- y reprocharon a sus críticos que no conciban que sus objeciones registrales son realizadas de buena fe.
Devolución de inscripciones
Aseguraron que la devolución de inscripciones protege muchas veces a los socios minoritarios y recordaron que los registradores responden con su patrimonio de las posibles incorrecciones, en una profesión que, frente a las retribucionesastronómicas manejadas, -el rendimiento bruto mensual medio es de unas 500.000 pesetas".En respuesta a algunas críticas concretas, señalaron que la fecha de nacimiento del apoderado de una sociedad es importante, "porque a los 65 años se jubila". En general, atribuyeron las censuras recibidad a "la nueva labor asesoradora que los registradores ejercen con los particulares, menos asesorados que las poderosas sociedaddes anónimas. La atención directa al público de los registradores "ha pisado muchos callos". dijeon, "entre los notarios y los abogados".
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