Envases buenos y malos
Hemos leído con todo interés el artículo Envases buenos, envases malos, publicado en la página 6 de EL PAÍS correspondiente al 31 de enero de este año. Y ello, por la preocupación que todos los sectores de fabricantes de envases, sean del material que fueren, tenemos por los aspectos medioambintales de nuestros productos.Y es de justicia reconocer que el autor transmite una serie de conceptos e informaciones verdaderamente útiles para los consumidores.
Pero, lamentablemente, en el texto se incluyen algunos comentarios que no nos queda más remedio que refutar:
1. Se manifiesta en todo el artículo un claro rechazo por el PVC, uno de los tipos de plásticos más consumidos en todo el mundo. Y la explicación aparece en el recuadro central, en el sexto párrafo, en el que se afirma: "El PVC es tóxico y, como residuo en los vertederos, sobre el campo, puede generar dioxina y furano". Ignoramos de dónde puede haber obtenido el autor tal información, pero es total y absolutamente falsa. Los plásticos, todos ellos, son unos productos químicamente inertes, es decir, inalterables, de forma que allí donde se dejen permanecen anos y años sin modificación alguna, y, precisamente por ello, es muy importante su reciclado una vez usados. El PVC no es una excepción, y cualquier botella fabricada con él, "como residuo en los vertederos, sobre el campo", seguirá siendo la misma botella,
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Viene de la página anteriorsin alteración alguna, ni en los vertederos ni en el campo, porque su naturaleza no se lo permite. En tales condiciones no sólo no es tóxico, sino que tampoco puede generar dioxina o furano, ni nada de nada. Por otra parte, el mismo autor comunica que 1as botellas de agua mineral están hechas en este materiaV, cosa que es cierta, pero entonces, al utilizarse, sólo en España, unas 25.000 toneladas de PVC al año en esa aplicación, que suponen 1.200 millones de litros de agua, con una mínima toxicidad que presentara el PVC, habrían acabado con la población española hace años. Y lo mismo en los demás países, donde el desarrollo del consumo de plásticos es superior al nuestro. Una auténtica catástrofe mundial... cuando, como decíamos, los plásticos son inertes y no pueden atacar,en ningún sentido, a nada ni a nadie.2. En segundo lugar, es muy tentador, periodísticamente hablando, realizar un ranking de los materiales de envase, de mejor a peor. No es la primera vez que se intenta, pero hasta ahora sin conclusiones válidas. Especialmente porque, si las hubiera, las consecuencias estarían en el mercado. Cada material presenta sus ventajas y sus inconvementes, y ambos generalmente están compensados.3. Por último, resulta cuando menos sorprendente el claro partido que en la página donde aparece el artículo, y en el milmo, se toma por el vidrio, del que se ofrece toda clase de datos y precisiones, cosa que no ocurre con los demás materiales, que sólo merecen algunas pinceladas.En resumen, apoyamos decididamente la información sobre la necesidad de reciclar los desechos y convertirlos en nuevos productos, considerando que tanto los plásticos como los vidrios, los metales, los papeles, los cartones, etcétera, son perfectamente reciclables. Cuídese el depósito de residuos, recíclese todo lo posible, pero no se mezclen los aspectos ecológicos con los comerciales. Sobre todo porque, mientras que en el mercado los diferentes materiales se enfrentan permanentemente, cómo es lógico, en lo que se refiere al medio ambiente, los industriales de los distintos sectores del envase están plenamente de ¡acuerdo y le dedican una atención prioritaria.
En nuestro caso concreto, las experiencias de recogida selectiva de basuras urbanas, y reciclado posterior, que estamos llevando a cabo, por ejemplo, con los ayuntamientos de Barcelona y de Madrid, son una bueria prueba de ello.-
Director general de la Confederación Española de Erripresarios de Plásticos (ANAIP).
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