_
_
_
_
GUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

Israel no se fía de nadie

Shamir teme que una conferencia internacional siente a su país en el banquillo

ENVIADO ESPECIAL El Gobierno israelí de Isaac Shamir ha rechazado formalmente su participación en cualquier conferencia internacional, cuando finalice la guerra, que se plantee como base de solución de los problemas de Oriente Próximo. La paz, han dicho sus dirIgentes, sólo llegará a través de negociaciones bilaterales entre Israel y sus vecinos. Fuentes diplomáticas indican, entretanto, que las referencias a una conferencia de seguridad en el Mediterráneo, hechas en días pasados por algunos ministros de Asuntos Exteriores europeos, entre ellos el español, Francisco Fernández OrdóÑez, están sacadas de contexto.

Más información
La policía dispara contra una marcha de integristas en dos ciudades tunecinas
Maquillaje para la guerra

El rechazo del Gobierno israelí a la solución internacional para los problemas de la región fue expuesto categóricamente por el primer ministro, Isaac Shamir, en su discurso ante el Kneset (Parlamento) del pasado lunes. "Hoy debería estar claro para cualquiera que la idea de una conferencia internacional, que Sadam Husein y Yasir Arafat apoyan fervientemente, no es el medio para avanzar hacia una solución, sino para imponer la voluntad del agresor", dijo Shamir. Y acto seguido advirtió: "Israel no participará en ninguna conferencia de ese tipo, y esas gentes de paz que se preocupan de nuestros mejores intereses harían algo bueno si retiraran tal idea de su agenda".David Levy, ministro de AsUntos Exteriores y viceprimer ministro, había expuesto, incluso con más detalle, la misma idea en una intervención previa a la de Shamir que se produjo ante una delegación judÍa de Francia el pasado 31 de enero.

"Comunicamos hoy a nuestros. amigos que es necesario estar preparados para después de la guerra. Europa y Estados Unidos consideran que la negociación entre países es el procedimiento más adecuado en la resolución dé conflictos", dijo Levy. "Con ese espíritu", añadió, "pedimos negociar directamente, entre países soberanos, con todos nuestros vecinos, sin condiciones previas y sin foro o coMisión internacionales que se conviertan en un tribunal que juzgue a Israel".

El planteamiento del actual Gobierno israelí queda, pues, claramente expuesto: lo primero es la negociación bilateral, y nada puede sustituir a ese paso. Dada la constitución de la coalición internacional que combate a Sadam Husein, y teniendo en cuenta que ya hay una paz con Egipto, el primer objetivo declarado del Gobierno israelí para la posguerra es la paz con Siria.

El Gobierno es consciente de que ese objetivo exige revisar la decisión de 1981 por la que Israel se anexionó formalmente los Altos del Golán.

Cierre de la crisis

La paz de Israel con Irak es un asunto del futuro que sólo podrá ser precisado tras el cierre de la crisis. Con Jordania, la paz es un hecho, sobre todo desde que, en junio de 1988, el rey Hussein renunció a cualquier proyecto de restablecer la soberanía hachemita sobre Cisjordania.

La preocupación de Israel con este vecino se centra en lo que el Gobierno denomina "la estabilidad del reino" y dependerá del desarrollo del conflicto.

Por lo que se refiere al problema palestino, el Gabinete de Shamir vuelve a sacar del cajón el plan de 1989 para la concesión de una autonomía limitada a los territorios ocupados, sin participación de la OLP y con un periodo de transición de cinco años.

Las autoridades de Israel saben, sin embargo, y así lo han declarado sus portavoces, que "el Oriente Próximo de la posguerra nunca volverá a ser el de antes". Es previsible que, tras la eventual victoria aliada, Estados Unidos mantenga tropas en la zona para garantizar la seguridad de Estados como Kuwait y Arabia Saudí, que son el talón de Aquiles de este conflicto.

Esa presencia activa norteamericana consolidará el ascendiente directo, militar y político, de Washington sobre una región en la que Israel había tenido hasta el momento una mano fundamentalmente libre.

Esto explica la crisis de confianza larvada que el Gobierno israelí vive estos días con respecto a EE UU y su reacción crispada ante el último comunicado conjunto soviético -norteamericano. "Estamos convencidos de que Estados Unidos sigue oponiéndose firmemente al linkage, a todo vínculo entre la guerra del Golfo y el conflicto árabe-israelí", dijo David Levy el 31 de enero.

Y añadió en el mismo discurso: "Estamos seguros de que Estados Unidos sabrá ejercer su influencia sobre los países árabes con el propósito de lograr una negociación directa con nosotros que ponga 5n a la guerra y consiga un acuerdo final".

Desconfianza histórica

La desconfianza israelí hacia Europa, con la excepción del Reino Unido, es histórica y se acentuó desde que la cumbre de Venecia de la Comunidad Europea reconoció oficialmente a la OLP como representante exclusiva del pueblo palestino, en 1981.

Fuentes diplomáticas israelíes han comentado que las recientes alusiones de ministros europeos de Exteriores, y entre ellos del español, Francisco Fernández Ordóñez, a la aceptación por Israel de una conferencia de cooperación y seguridad en el Mediterráneo están totalmente fuera de contexto.

David Levy, el ministro de Exteriores, escribió efectivamente una carta con fecha del pasado 10 de enero a la troika comunitaria, y, en concreto, a su homólogo italiano, Gianni de Michelis, en la que hacia el final aludía a "los parámetros" de la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa como un posible modelo.

No obstante, David Levy añadía de inmediato que la creación de un marco de confianza le resulta impensable mientras los Estados árabes se mantengan en guerra con Israel, lo que remite al mismo argumento reiterativo: el Gobierno de Israel no admitirá más que negociaciones bilaterales de paz y sólo alcanzado ese objetivo estará abierto a foros internacionales que consoliden el proceso.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_