Gerenta y conserja, términos del manual no sexista de la Administración
Si el que suscribe un documento oficial es una usuaria, de ahora en adelante será "la persona, el abonado/a o el trabajador/a", y sin el tradicional tratamiento don o doña, al que tenían derecho los bachilleres. La instancia puede llevarla hasta la oficina de la gerenta un conserje o, si es hembra -perdón, mujer-, una conserja. Son las nuevas normas de estiló para el uso no sexista del lenguaje administrativo, que estarán ya incluidas en los renovados formularios oficiales a partir del próximo 15 de abril.
Un manual de apenas 10 hojas, intercaladas con viñetas humorísticas del dibujante Romeu, pretende sentar las bases de un lenguaje administrativo no discriminatorio en función del sexo. Se trata de un capítulo del nuevo Libro de Estilo de la Administración, editado aparte por el Ministerio para las Administraciones Públicas y Asuntos Sociales. "No hay que olvidar que el lenguaje ni es inocente ni es neutral", dijo Carmen Martínez Ten, en otros tiempos médica en ejercicio y hoy directora del Instituto de la Mujer. "No basta sólo con cambiar las leyes, hay que modificar actitudes, y en este sentido el lenguaje puede funcionar como un factor que retarda el cambio social", añade.Conscientes de la dificultad que supone modificar usos profundamente arraigados en la sociedad, los redactores del manual confían al tiempo el grado de aceptación de los nuevos términos. Algunos, como gerenta o conserja, rechinarán al principio en los oídos, a diferencia de otros que deben en parte su popularidad a la lenta introducción en el lenguaje por los medios de comunicación. Por si alguien tiene dudas, su uso cuenta con las bendiciones de la Real Academia Española, según afirmó ayer Martínez Ten.
La conclusión de los expertos, tras haber revisado 302 documentos de uso habitual en la Administración, es que la mujer sólo existe en el lenguaje administrativo como conyuge", a pesar de que hoy la proporción de funcionarias públicas se acerca al 33%.
Los funcionarios deberán saber a partir de ahora que queda absolutamente desterrado,el término hembra en los nuevos formularios, por considerar que la referencia a mujeres equiparable a la de hombre o varón. Para evitar que él sea don y ella señorita, se sugiere que en los textos no haya formas de tratamiento, ni para hombres ni para mujeres, y en cuanto al orden de las palabras, tanto monta monta tanto que figure primero el nombre del padre o el de la madre.
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