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Pujol vetó un acuerdo entre Roca y Borrell sobre la reforma fiscal

El veto del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, a los acuerdos alcanzados por el secretarlo general de Convergencia Democrática (CDC), Miquel Roca, y el secretario de Estado de Hacienda, José Borrell, sobre la reforma fiscal en curso ha sido la gota que ha colmado la paciencia de Roca.El veto a proseguir las negociaciones con Hacienda y la posterior desautorización de las gestiones de Roca, efectuada de forma muy dura por Pujol en la comisión ejecutiva de Convergencia del pasado lunes, han llevado al secretario general de CDC a comunicar a sus colaboradores su determinación de retirarse de la dirección del partido e incluso, temporalmente, de cualquier actividad política.

La semana pasada, el secretario general de Convergéncia confesó a alguno de sus colaboradores que el Gobierno había aceptado diferentes iniciativas de los nacionalistas sobre la reforma fiscal que prepara la Administración central, tales como la rebaja del actual tipo máximo de la tarifa del IRPF, situado en la actualidad en una tasa marginal del 56% que se alcanza con una base imponible de menos de nueve millones de pesetas. También se aceptaron modificaciones en el tratamiento fiscal a las familias numerosas y a los matrimonios con dos o tres hijos.

Rentabilidad política

Especialistas fiscales sostienen que lo sustancial no es tanto retocar el tipo máximo del 56% de tarifa del IRPF, como propiciar que ésta se aplique a unos ingresos superiores a los que se aplica en la actualidad. Ésa sería la vía de reforma aceptada por los nacionalistas, al entender que un acuerdo de este tipo podía ser rentabilizado ante un amplio sector catalán, con lo que Roca se anotaría un éxito en su estrategia de defender la necesidad de negociar con Madrid.Con el paquete fiscal prácticamente cerrado, Roca abordó la cuestión con Pujol. Para su sorpresa, obtuvo una inequívoca desautorización por parte del presidente de la Generalitat a su gestión. Uno de los colaboradores del secretario general lo ha explicado de la siguiente manera: "El problema no es si el pacto es bueno o no, sino si nos interesa o no. A mí ahora no me interesa", señaló Pujol. Después, ya con la cuestión caliente y Roca "profundamente irritado", el pacto del secretario general con Borrell emergería nuevamente en el comité ejecutivo de CDC del pasado lunes.

Para colmo, Pujol llegó a la reunión del partido tras mantener una tensa conversación telefónica con el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, sobre la financiación de la policía autonómica. Según explicó Pujol a los asistentes al comité ejecutivo, Solchaga se desvinculó del acuerdo suscrito hace más de un año por el ministro del Interior, José Luis Corcuera, y el consejero de Gobernación, Josep Gomis, con lo que se bloqueaba la ampliación de la plantilla de los Mossos d'Esquadra.

Esta cuestión le permitió a Pujol, según otro asistente, volver a tomar su vieja argumentación sobre la rentabilidad que obtiene CIU de-ayudara la gobernabilidad [de España]".-Nosotros somos cada vez más generosos, y ellos cada vez más desconsiderados", señaló Pujol, aparentemente crispado después de recrearse en citar los incumplimientos del Gobierno.

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Roca acabó aquella reunión "hundido, desmoralizado y consciente de que su análisis de los últimos meses era acertado y de que las desavenencias personales y políticas entre ambos y las desautorizaciones a su persona habían sobrepasado el nivel de lo que está dispuesto a consentir", según varios de sus colaboradores, quienes a la vez son miembros del comité ejecutivo de CDC.

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