_
_
_
_
LA DIMISIÓN DEL VICEPRESIDENTE

El último viaje

Manuel del Valle, alcalde de Sevilla, acompañó al 'número dos' del PSOE el día de su renuncia

Abogado laboralista entonces y alcalde de Sevilla ahora, Manuel del Valle Arévalo ha resultado ser testigo privilegiado de dos de los momentos más significativos de la historia reciente del socialismo español, y, en consecuencia, de Alfonso Guerra. Manuel del Valle fue quien con una cámara fotográfica inmortalizó en 1972 la a la postre famosísima escena de la jira en la que Guerra compartía improvisado mantel con Felipe González, Carmen Romero, Luis Yáñez y Manuel Chaves, entre otros. Ahora lo ha sido del anuncio de su dimisión en un mitin en Cáceres.

Más información
Tensiones en el congreso del PSOE asturiano y triunfo crítico en Valladolid
Un Gobierno guerrista

Una amistad inquebrantable tanto en lo personal como en lo político ha permitido al hoy alcalde de Sevilla convertirse en el compañro del último viaje de Alfonso Guerra como vicepresidente a su ciudad natal.Eran las 14:30 del 12 de enero en la urbanización sevillana de Santa Clara. Guerra acababa de almorzar con su esposa, Carmen Reina, y su hijo Alfonso. Un coche propiedad del PSOE llega a la puerta de la casa. En él esperan al vicepresidente su secretario personal, Rafael Delgado, y Manuel del Valle. Al volante José, "un viejo compañero de¡ partido", según el alcalde. Instantes después, parten a Cáceres.

Cuando el automóvil sale de la ciudad, Guerra le dice: "Quiero que te enteres por mí de que voy a dimitir como vicepresidente durante la clausura del congreso extremeño", según reveló ayer a este periódico el alcalde sevillano.

Del Valle explicó que Guerra estaba muy tranquilo: "Hay que tener en cuenta que ésa era una decisión muy meditada, que él y Felipe González ya sabían desde hacia varios días". Cuenta el alcalde de Sevilla que no pararon durante el viaje, ni a la ida ni a la vuelta: "Cuando nos dirigíamos a Cáceres, Alfonso me contó el por qué de la decisión y del momento; cuando volvíamos comentamos la reacción de los compañeros extremeños porque yo me dediqué a observarlos. El resto de lo que hablamos queda para archivarlo en mis vivencias".

Sobre las once de la noche, el mismo vehículo alcanzaba la puerta del chalé del vicepresidente en Santa Clara, que Guerra no abandonó durante toda la jornada de ayer. "Le dije adiós. Alfonso estaba tan tranquilo como a la salida".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_