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Más de la mitad de los obreros de la construcción son subcontratados

Francisco Peregil

En las obras de Madrid donde existe representación sindical, las empresas subcontratadas copan el 60% de la plantilla, mientras que donde no existe comité de empresa, los pistolas -así se conoce en la jerga a las subcontratas- llegan a ocupar el 80%, según señalan responsables de CC OO. Los pistolas son, "por su inexperiencia, inseguridad y falta de organización", el talón de Aquiles de las obras, según el mismo sindicato.

El trabajo a destajo, que se resiste a dejar de ser la bestia negra de los accidentes laborales, Ya no existe en las obras donde reinan los comités de empresa. Sin embargo, la fuerza del comité se muestra. impotente para frenar la avalancha de accidentes se ciernen sobre los subcontratados. Existe todo un cúmulo de intereses distintos y de agravios comparativos, entre unos y otros trabajdores, que van desde el sueldo hasta las condiciones de trabajo.Los cuatro bloques de pisos que construye la compañía Priconsa en la carretera de Villaverde-Vallecas son, según CC OO, un claro exponente de las causas principales de los siniestros laborales. De los 145 empleados de esa obra, 96 trabajan para ocho pistoleros.La diferencia entre el personal de plantilla y los subcontratados se palpa nada más llegar a la obra. Los fijos disfrutan de un comedor con calefacción y un vestuario con todo tipo de complementos higiénicos.

Los subcontratados también pueden disfrutar de las mismas instalaciones, pero se resisten, según el encargado, a mezclarse, y comen a la intemperie. "Los subcontratados no se integran nunca con el resto de la plantilla", afirma José Luis Ibáñez.

La otra diferencia, menos palpable, se percibe a fin de rnes. Un oficial cobra aproximadamente 90.000 pesetas al mes, mientras la mayoría de los subcontratados alcanzan las 150.000 pesetas. En las ganas de trabajar, según el delegado, también se notan las diferencias: "En un día de frío se ve a los fijos en las hogueras, mientras los otros trabajan como si el clima no fuera con ellos".

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El 70% de las obras no tienen representación sindical

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Miguel Rosa Fernández, secretario de organización de CC OO en Madrid, indica que, a pesar de todo, la obra de PrIconsa no es de las peores. "En ésa hay representación sindical, cosa que no ocurre en el 70% de las obras de Madrid, donde los pistolas copan el 80% del personal".

Cada subcontrata de Pricomsa sabe en cada momento lo que tiene que hacer y el tiempo que tiene para ello. La compañía Ladalsa se encarga de los alicatados; Quinfosal, de la fontanería; Pedrart, de los peldaños y las escaleras. Son sólo tres de las ocho subcontratas de una obra que empezó hace 18 meses y que cuenta desde el año pasado con un accidente mortal en su currículo.

Los representantes del comité de empresa están convecidos de que la labor que ellos ejercen ha impedido mayores accidentes. "Cuando suena la campana, ya nos encargamos de que todo el mundo sin excepción pare de trabajar", asegura un delegado sindical de CC OO en la obra. "No queremos que se quede nadie en los andamios cuando no hay luz para trabajar", agrega.Condiciones inmejorables

El encargado de la obra, José Luis Ibáñez, afirma, sin embargo, que las medidas de seguridad por parte de la empresa son inmejorables, y que Priconsa se gasta siete millones de pesetas por cada bloque en materia de seguridad.

Ibañez asegura que existen dos hombres dedicados toda la jornada a vigilar y corregir todo lo referido a seguridad laboral, que las grúas se revisan cada 15 días y que el comité de seguridad e higiene se reúne una vez al mes. "Cuando me venga un hombre diciendo que no trabaja porque no se siente seguro, ése será el día más feliz para mí, porque habré encontrado un gran defecto que subsanar".

Según el encargado de la obra, la bestia negra de los accidentes es la desidia de los trabajadores. "Si se le pregunta a algún obrero por qué no usa el cinturón o la guantera, es muy probable que conteste a mí no me pasa nada".

Aun así, los cuatro delegados sindicales del comité de empresa aseguran que las deficiencias en materia de seguridad son notables. "Muchas redes están rotas, y en muchos sitios no hay quitamiedos" (barreras protectoras). Los sindicalistas son los primeros en reconocer también las diferencias con los subcontratados. "Los días de lluvia, nosotros trabajamos bajo techo, y ellos, no, y los días de nieve, los únicos que trabajan son los pistolas".

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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