El Gobierno austriaco envía a las farmacias tabletas de yodo para casos de catástrofe nuclear
El anuncio del Ministerio de Salud en Viena de distribuir gratuitamente pastillas de yodo en caso de catástrofe nuclear ha causado una gran confusión en la población austriaca. El 3 de enero fueron enviadas a todas las farmacias de] país miles de cajas con el preparado Kalium Jodin con la inscripción "tabletas para casos de catástrofes". Los farmacéuticos no han recibido aún instrucciones precisas sobre la dosificación y la venta.
Un tercio de las reservas será repartido gratuitamente a partir de finales de este mes a niños hasta los 16 años, embarazadas y madres en periodo de lactancia. El resto de las tabletas podrán ser compradas para tenerlas en caso preventivo en los hogares en caso de una catástrofe nuclear. No se recomienda el uso de este preparado para mayores de 60 años. El anuncio ha causado alarma en la población, que se dirigió inmediatamente a las farmacias para obtener las pastillas, que aún no están a la venta.
Un farmacéutico consultado por este periódico dijo que con el envío de las pastillas ,,sólo se ha sembrado el pánico en la población. La gente no sabe si fueron distribuidas por temor a la guerra en el Golfo o por el peligro del reactor nuclear de Bohunice, en Checoslovaquia, o si es todavía por la radiación de Chernobil". La dueña de una farmacia en el centro de Viena dijo que la distribución de las pastillas era 11 un escándalo político y un peligro para la ciudadanía". Y se preguntaba "cómo se puede controlar a la población para que no tome sobredosis de este medicamento, que no es sano
Esta acción del Ministerio de Salud se ha asociado con la intensa campana nacional que se viene realizando para conseguir el cierre de la central nuclear de Bohunice, a sólo 120 kilómetros de Viena, y que según expertos internacionales y austriacos no cumple con las normas de seguridad.
El canciller federal de Austria, Franz Vranitzky, ofreció a las autoridades checoslovacas una ayuda de 3.500 millones de chelines austriacos (unos 31.500 millones de pesetas) para cerrar Bohunice y reemplazarla por una alternativa energética "menos peligrosa". Sin embargo, el ingeniero jefe de esa central, Ladislav Kalincik, desdeñó la oferta considerándola insuficiente. Según él serían necesarios 5.400 millones de chelines (en torno a los 43.000 millones de pesetas).
Petición a la CE
La ministra austriaca del Medio Ambiente, Marilles Flemming, informó la semana pasada a sus homólogos de países de la Comunidad Europea que "un accidente grave en Bohunice tendría consecuencias en toda Europa central y propuso una ayuda conjunta de estos países para suministrar energía eléctrica a Checoslovaquia.
El Partido Verde Alternativo criticó la distribución de tabletas de yodo en las farmacias, calificándola como "una broma macabra de carnaval, al presentar el medicamento como eficiente en caso de un accidente nuclear. Según el parlamentario de ese partido Rudolf Anschober, las pastillas son sólo "píldoras tranquilizantes". Éstas deben ser tomadas dos horas antes de la radiación, lo que deja un breve margen a la población.
Según una portavoz del Ministerio de Salud en Viena, la distribución no tiene nada que ver con el reactor nuclear de Bohunice. "Después de Chernobil, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo una recomendación, en agosto del año pasado, donde aconseja a los países que los grupos de riesgo, niños hasta 16 años, mujeres embarazadas y madres en periodo de lactancia, puedan tener acceso inmediato a dicho medicamento. Austria ha sido el primer país que ha seguido la recomendación". El resto de la población, hasta los 45 años, podrá comprar las tabletas a partir de marzo.
30 millones de tabletas
Según el médico del Ministerio de Salud Andreas Lange, se compraron 30 millones de tabletas fabricadas en la India, con un coste de tres millones de chelines austriacos (algo más de 26 millones de pesetas), a una firma distribuidora suiza, porque "ninguna empresa austriaca las produce y era la oferta más barata que cumplía las exigencias de calidad en cuanto a pureza y empaquetado".
Según Lange, los efectos secundarios de esas tabletas están explicados en una hoja de instrucciones que se entregará a todos los usuarios. Agregó que las pastillas deben tomarse sólo en caso de una catástrofe y no en forma preventiva. Los efectos secundarios son mareo, sabor metálico en la boca y reacciones alérgicas en la piel. Lange informó que en caso de una catástrofe nuclear "se advertiría a la población por radio, televisión y sirenas instaladas en todo el país".
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