Escaso uso de la energía a partir de materia orgánica en España

La energía obtenida a partir de materiales orgánicos (biomasa) supuso entre 1986 y 1988 el equivalente a 2,05 millones de toneladas de petróleo, lo que representa cerca del 2,5% de la energía total consumida en España, según datos del Plan de Energías Renovables de 1989 (PER). La cifra, que corresponde al 83% del aporte de las energías renovables, está por debajo de las posibilidades de aprovechamiento de esta fuente energética.Según el PER, el potencial energético de la biomasa equivale a un 15% de la energía total gastada durante 1988. Los residuos agrícolas y forestales se utilizan casi exclusivamente en la industria maderera, cerámica y papelera, y sólo se aprovecha un 20% de su disponibilidad.

Otra fuente posible de energía, los residuos sólidos urbanos, se encuentra todavía menos explotada.

Según el PER de 1986, en España se producen anualmente entre 10 y 12 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos. Unos cinco millones de toneladas de residuos van a parar a vertederos controlados. Cerca de 0,5 millones de toneladas se incineran, y una cantidad igual se dedica a la elaboración de fertilizantes. Pero el resto se vierte incontroladamente. Del biogás producido en los vertederos sólo se aprovecha el de Serin, en Asturias.

Según un reciente informe del Instituto de Energías Renovables (IER), de los vertederos españoles pueden obtenerse alrededor de 90 metros cúbicos de biogás por tonelada de basura, con un contenido total de energía de 400.000 kilocalorías, lo que supone generar unos 120 kilovatios / hora de electricidad. Según los cálculos realizados por el IER, la contribución energética real del biogás es prácticamente nula.

A pesar de que la Agencia Internacional de la Energía cifra en torno al 5%-8% la contribución energética de la biomasa en la mayor parte de los países industrializados, la situación de investigación y desarrollo sobre biomasa en España se halla restringida a la participación en dos programas, el Joule, de la Comunidad Económica, y el Eclair, auspiciado por varias empresas.

Según el jefe de la división de biomasa del CIEMAT, Juan Carrasco, la biomasa es la fuente energética renovable más competitiva y de mayor posibilidad de comercialización. Pero "no existe una política para consolidar esta fuente energética, ni un programa oficial para afianzar un mercado prometedor y diferente al de otras energías renovables", criticó Carrasco.