El acelerador de partículas que España estudia construir costaría 22.000 millones de pesetas
Las autoridades españolas están estudiando el informe de viabilidad del primer acelerador de partículas que se construiría en España, remitido recientemente por la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN). Al acelerador, que tiene fines científicos, se le añadiría en una segunda fase un anillo de radiación sincrotrón, para aplicaciones de interés industrial. El alto coste del proyecto -22.000 millones de pesetas en seis años- está haciendo dudar a los responsables de política científica, que desean que participen en su financiación todos los países miembros del CERN.
Varios países europeos desearían para sí el acelerador, denominado fábrica de taus en el lenguaje científico. Dentro de España, Andalucía sigue siendo la región que tiene más probabilidades de albergarlo. El nuevo presidente autonómico, Manuel Chaves, ha hecho llegar al CERN su interés en la instalación y se ha mostrado dispuesto a programar las inversiones necesarias dentro del plan de inversiones de la Junta de Andalucía. El director general del CERN, el premio Nobel Carlo Rubbia, se muestra también favorable a la ubicación del acelerador en Sevilla, en las cercanías de la isla de la Cartuja, que se convertirá tras la Expo 92 en un parque tecnológico y dispondrá de los accesos y las telecomunicaciones necesarios. Cataluña, Valencia y País Vasco son otras comunidades que han mostrado interés por el acelerador.Sin fecha
España sigue interesada en el proyecto, según Javier Solana, que lo está estudiando personalmente, pero no existe fecha límite para tomar una decisión. "Está claro que no podemos destinar todo el presupuesto de investigación a un solo proyecto; la decisión dependerá del coste económico final", señaló a este periódico. El ministro cree que no se ha encontrado todavía el equilibrio necesario entre la precisión que necesita la fábrica de taus para avanzar en la exploración de las partículas elementales y la posibilidad de aprovecharla para investigación aplicada, como el estudio de las características de nuevos materiales.
En la Secretaría de Estado de Universidades e Investigación, el alto coste del proyecto hace dudar de, su viabilidad a su responsable, Juan Rojo, que cree que superará los 22.000 millones citados en el estudio como coste total en equipo y personal durante los primeros seis años (plazo estimado de construcción). A esta cantidad hay que añadir el coste de explotación -2.500 millones de pesetas anuales- y el de construcción de la fuente de radiación sincrotrón -otros 2.500 millones de pesetas-
España había pedido al CERN que la fábrica de taus pudiera convertirse luego en un sincrotrón, una instalación de rayos X que sirve para múltiples aplicaciones industriales. Sin embargo, el estudio llega a la conclusión de que el uso simultáneo o sucesivo del acelerador como sincrotrón no es posible, por lo que propone construir las dos instalaciones de forma independiente, aunque compartiendo el inyector de partículas. Primero, durante seis años, se harían el acelerador y la obra civil del sincrotrón. En tres años, después o simultáneamente, se construiría el sincrotrón. El acelerador tiene dos anillos por los que discurren en sentido contrario electrones y positrones que al chocar en el centro de un detector dan lugar a los sucesos que interesa estudiar.
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