Rushdie, reniega de las 'blasfemias' de su obra
Portavoces de quienes le condenaron a muerte dicen que es insuficiente
RICARDO M. DE RITUERTO, El novelista Salman Rushdie, condenado a pena de muerte por el ayatolá Jomeini por blasfemo contra el islam, ha anunciado que abraza la fe musulmana, que reniega de los pasajes de Versos Satánicos ofensivos para los mahometanos, que renuncia a publicarlo en rústica y que no que va a autorizar nuevas traducciones de la novela. Los dirigentes de la campaña islámica contra el libro dicen que este mea culpa es insuficiente y que Rushdie ha de suspender por completo su publicación; los más radicales de entre ellos aseguran que nada puede revocar la pena de muerte.
Rushdie, nacido musulmán, se ha considerado siempre un agnóstico, pero recientemente ha descubierto el islam "por la vía intelectual", según declaró el lunes en un conferencia de Prensa telefónica vespertina celebrada en un hotel londinense tras haber sido recibido en la fe por un grupo de destacados musulmanes, entre los que se encontraba un iman de la mezquita de Regentás Park, el ministro de Asuntos Religiosos de Egipto y Hesham el Essawy, presidente de la Sociedad Islámica para la Promoción de la Tolerancia Religiosa. "Esta es la comunidad que está más cerca de mi corazón. Acercarme a ella me ha producido gran alegría. Fue muy gratificante ver que la alegría era compartida".Poco antes Rushdie firmó una declaración distanciándose de Versos Salánicos y comprometiéndose a "continuar trabajando por un mejor entendimiento del Islam". "Declaro que no comparto ninguna declaración de mi novela Versos Satánicos pronunciada por cualquiera de los personajes que insulta al Profeta Mahoma, que calumnia al Islam o al Santo Corán o que rechaza la divinidad de Alá", se lee en el documento.
"Todos los insultos ocurren en los sueños de un hombre que se ha vuelto loco. Y se ha vuelto loco precisamente por haber perdido su fe", se extendió Rushdie en su comparecencia telefónica, en la que reiteró que toda la polémica nace de que la gente ha malinterpreado los puntos de vista de un personaje como si fuesen los del autor. No obstante, el hecho de que el personaje acabara suicidándose debe verse "como una moraleja que demuestra córrio el perder la fe puede destruir una vida".
"En mi obra me he ido acercando cada vez más, a la fe religiosa. No discuto los principios básicos del islam que sin la divinidad de Dios y la validez de las profecías del profeta Mahoma", dijo ayer en televisión.
Rushdie, de 43 años, confía en que el Gobierno egipcio llegue a convencer a los iraníes de que ya no tiene razón de ser la pena de muerte impuesta en febrero de 1989 por Jomeini. "Creo que este es el principio del fin. Es muy importante que los musulmanes del mundo entiendan las razones del acuerdo que hemos alcanzado" señaló el escritor, quien dijo sentirse mucho más seguro que la víspera mientras espera lo que Teherán tenga que decir.
Para El Essawy, la decisión de Rushdle de volver a la fe musulmana es un hito e implica, a la luz de la ley islámica, que se hace borrón y cuenta nueva y que sus anteriores pecados han de ser perdonados. "Pero me temo que Rushdie va a tener que vivir siempre pen diente de su seguridad. Siempre va a existir el peligro de algún fanático y no hace falta más que uno".
Sher Azam, presidente del Consejo de las Mezquitas de Brafford, la ciudad inglesa en cuya plaza pública se quemó Versos Satánicos, ha aceptado el mea culpa del novelista, aunque lo considera insuficiente. "Es un paso adelante, pero hay que hacer hincapié en que el libro se sigue publicando en edición de pasta dura", comenta este líder de una comunidad de 75.000 creyentes. "Me sorprende que no haya llegado a retirarlo. Nuestra campana va a seguir hasta que lo retire del todo", casi las mismas palabras pronunciadas por uno de los líderes del Comité Británico de Asuntos Islámicos, quien dice que su organizacion no va a intervenir en favor del escritor hasta que se retire por completo el libro.
"Si he alcanzado con estudiosos respetados el acuerdo de que el libro no es ofensivo y que no pretendía serlo no es necesario que se planetee la cuestión de retirarlo", les responde Rushdie.
La industria editorial británica publica siempre los libros en pasta dura y al cabo de un ano saca una edición en rústica por la tercera o cuarta parte del precio original que multiplica las ventas. Los escritores consideran que un libro no ha cubierto sus objetivos si no aparece en rustica. De Versos Satánicos se han impreso hasta la fecha alrededor del millón de copias en inglés y cientos de miles en otras trece lenguas; está prohibido en unos 20 países.
Secuestrarle
Los líderes islámicos de inspiración irani son más agresivos. Kalim Sadiqqi, director del Instituto Musulmán, se niega a aceptar nada que proceda de Rushdie y sugiere que habría que secuestrar al novelista y enviarlo a Teherán para que sea sometido a juicio. "Si ofende al islam de esta manera, entonces las autoridades legales del mundo islámico tienen derecho a castigarle tanto como sea posible, donde sea necesario y cuando sea necesario", opina Saddiqi, quien recuerda que en el Reino Unido sigue vigente la pena capital para delitos de traición y Rushdie ha traicionado al islam. El que haya hablado con "un puñado de egipcios" no cambia nada.
Abrar, un periódico iraní abundaba ayer en esta opinión. Según el rotativo la fatwa dictada por Jomeini es irrevocable y Rushdie no está haciendo sino "maniobras propagandísticas". El Gobierno británico, que recientemente ha reanudado las relaciones diplomáticas con Irán, declaró ayer a través del Foreign Office que las palabras llegadas de Irán son un asunto esencialmente de Rushdie.
Babelia
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