Aparecen en Italia siete cartas inéditas de Ramón Gomez de la Serna

Ramón Gómez de la Serna abandona Madrid en septiembre de 1936. La guerra civil ya ha estallado y el escritor decide trasladarse a Buenos Aires (donde había nacido en 1888), ciudad en la que -aparte de un breve regreso a España en 1949- permanecerá hasta su muerte, ocurrida en enero de 1963. En mayo de 1935, el pintor Atilio Rossi (nacido en 1909) dejó Milán para establecerse en Argentina, donde vivió hasta 1951. De esta etapa argentina arranca la amistad entre Gómez de la Serna y Rossi, que se refleja en siete cartas que el autor de Greguerías envió a su amigo italiano, inéditas hasta ahora.

Dos vidas, dos destinos similares bajo ciertos aspectos, aunque con epílogos diferentes. Para vivir, Ramón escribe ininterrumpidamente (sólo en 1962 el Gobierno argentino le concedería un subsidio vitalicio, aunque ya fuese famoso en todo el mundo por sus greguerías y Neruda lo hubiese propuesto como candidato para el Premio Nobel). Libros artículos periodísticos, radio. En el fondo, lo que hizo durante toda la vida (autor de casi 125 libros: "A fuerza de escribir tengo el brazo derecho más largo que el izquierdo", diría.Literatura y arte. Entre sus biografías se cuentan El Greco, Velázquez, Goya y Dalí. A menudo, Gómez de la Serna ilustra sus propios libros. Valga por todos el ejemplo de Gollerías (con 204 dibujos) o de Pombo. El amor por el arte se remonta a los años 20, cuando Ramón vive dos años en París y respira "el febril caos de la pintura moderna". Guillermo de Torre sostiene que el escritor tiene un punto en común con Picasso: los dos buscan crear nuevas formas estéticas.

Fundador de Editorial Losada

Rossi trabaja en Buenos Aires como diseñador gráfico, crítico de arte y pintor (en el Museo de Arte Moderno de Nueva York figura como artista argentino). Es también uno de los fundadores de la editorial Losada, de la cual sería director 10 años. Entre los libros más famosos de los que se ocupó personalmente, el Tratado de la pintura, de Leonardo da Vinci, y La divina proporción, de Luca Pacioli. Ilustra también algunos libros de Juan Ramón Jiménez (1939), Paul Valéry (1940), Paul Claudel y Rainer Maria Rilke (los dos en 1941), Walter Whitman (1944) y Pablo Neruda (1948). Publica Buenos Aires en tinta china, 130 dibujos con prólogo de Borges y poesías de Alberti.

Puesto que Losada edita algunos de los libros de Ramón, entre el escritor y Rossi nace una relación de trabajo que bien pronto se transforma en una entrañable amistad. Con Italia,Ramón tenía una relación privilegiada. Amigo de Papini y de Marinetti (la revista de Gómez de la Serna, Prometeo, había publicado el manifíesto futurista Contra la España pasadista, que tanto escándalo había suscitado en la península Ibérica, hasta el punto de ordenar el secuestro del periódico), formaba parte del consejo de redacción de Novecento, dirigida por Bontempelli.

Una amistad documentada en parte por estas cartas, inéditas.Amistad que hace evocar los versos del Nobel italiano Salvatore Quasimodo: "Rossi, amigo como existían sólo / en tiempos de Catulo, / con sus lentos colores elipsoldales / te ofrece flores de retama / en el infinito límite del arte".

Éste es el punto en el que las palabras de un poeta y los colores de un artista se funden hasta convertirse en un único universo.