Gorbachov amenaza con el estado de excepción
PILAR BONET, El jefe de Estado de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov, amenazó ayer con decretar el estado de excepción o ejercer el Gobierno presidencial directo en las zonas afectadas por conflictos nacionalistas si éstos continúan manteniendo su virulencia. Estas medidas extremas, de aplicarse, supondrían que los territorios en cuestión dejarían de ser controlados per sus respectivas autoridades locales para pasar a un control ejercido desde el poder central de Moscú.
Un grupo de 53 diputados, entre los que se encuentran muchos altos cargos militares y el patriarca d e la Iglesia ortodoxa, Alexéi, dirigieron ayer un llamamiento al presidente de la URSS para que imponga el estado de emergencia y la dirección presidencial en zonas de graves conflictos si las formas constitucionales vigentes no consiguen interrumpir el derramamiento de sangre.Gorbachov, que intervino ante el Congreso de los Diputados Populares de la URSS, reaccionó airadamente a las críticas que poco antes había efectuado Borís Yeltsin en un discurso lleno de recriminaciones contra el Kremlin.
El presidente de la Federación Rusa dijo que la dirección de la URSS no tiene una política clara para renovar el país y se dedica a la "improvisación". La lógica política de la dirección soviética, según Yeltsin, tiene por objeto socavar la soberanía de las repúblicas y "sabotear las reformas radicales", señaló.
"La llamada revolución desde arriba se ha acabado. El Kremlin ha dejado de ser el iniciador de la renovación del país. El proceso de renovación está bloqueado en el centro y se ha trasladado a las repúblicas", afirmó Yeltsin.
"La dirección de la URSS procede a un reagrupamiento de fuerzas para mantener su posición de dueño ilimitado de las repúblicas", dijo el político, quien acusó al presidente Gorbachov de tratar de conseguir un "poder ilimitado sin precedentes en la historia de la Unión Soviética y que no tuvieron ni Stalin ni Bréznev".
A consecuencia de la política "de presión", la URSS ha perdido "por lo menos seis repúblicas", dijo Yeltsin, según el cual el presidente y el Gobierno de la URSS no tienen n:inguna propuesta constructiva, aparte de la "supercentralizaciór."La única salida
"Rusia no está de acuerdo con el resurgimiento de la dictadura del Kremlin", agregó Yeltsin, para quien la única salida de la crisis es "un diálogo honesto en términos de igualdad entre el centro y las repúblicas". El presidente de Rusia hizo cuatro propuestas:
1. Crear un régimen más favorable para las repúblicas, reconociendo su soberanía y reconstruir el poder central a partir de las competencias delegadas de las repúblicas.
2. No injerencia del poder central en los asuntos internos de las repúblicas.
3. Firmar a corto plazo un acuerdo de división de competencias y propiedades entre el centro y las repúblicas y elaborar -posterior o simultáneamente- el Tratado de la Unión.
4. Ayuda de la dirección central a los acuerdos directos entre las repúblicas.
Yeltsin abogó por una estructura de acuerdo nacional con representantes de las repúblicas y agregó que éstas "ya no temen ningún decreto, pues incluso los decretos más severos no funcionarán sí se sacrifican los intereses de las repúblicas".
"Basta ya de asustar al pueblo con el Kremlin. Las especulaciones sobre esto son populismo de raíces podridas y esto es digno de ser condenado. El Kremlin es nuestro. Nosotros lo hemos construido. Es de todos", dijo Gorbachov en una clara respuesta a Yeltsin. El presidente se había mantenido sentado de costado, casi dándole la espalda a Yeltsin, desde que éste regresó a su sillón en la tribuna del Kremlin, situado precisamente a la izquierda del presidente de la URSS.
El jefe del Gobierno Nikolái Rizhkov, por su parte, planteó que la perestroika entendida como una renovación del socialismo, tal como había sido planteada en 1985, había fracasado. Rizhkov diluyó las críticas contra su Gobierno en un contexto más general y señaló que la campana contra él es en realidad una campaña contra el Estado y contra el régimen político social cuyo fin es "destruirlo definitivamente".
Rizhkov, que prácticamente efectuaba un discurso de despedida en calidad de jefe de Gobierno, se manifestó a favor de un "reagrupamiento de fuerzas" para ir "decididamente hacia adelante".
Mientras en Moscú deliberaban, el presidente de la poderosa República de Ucrania, Leonid Kravtchuk, declaraba en Kiev que el tratado de la unión en su forma actual "no responde a las necesidades de Ucrania", infórma France Presse. Kravtchuk añadió que el pueblo debía decidir sobre ese asunto en un referéndum.
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