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Austria ayuda a reconstruir el teatro de Praga en el que Mozart estrenó su 'Don Giovanni'

Un montaje de Lluís Pasqual conmemorará el bicentenario del músico en la capital checa

Austria presta su ayuda para la reconstrucción en Praga (Checoslovaquia) del teatro en el que se estrenó la ópera Don Giovanni, obra de Wolfgang Amadeus Mozart. La reconstrucción del Jan K. Tyl Theatre se producirá en el marco del llamado Año Mozart, en el que numerosas ciudades europeas, y especialmente las austriacas Viena y Salzburgo, conmemorarán los 200 años de la muerte del compositor. Una vez restaurado, el Tyl acogerá una nueva representación de la ópera del compositor salzburgués, en una producción que prepara el director teatral Lluís Pasqual.

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Al contrario de lo que sucedió en Salzburgo, su ciudad natal, y en Viena, Praga sí reconoció el genio de Mozart. En la antigua capital de Bohemia, el compositor logró sus mayores éxitos. "Me gustaría que mis amigos estuvieran aquí, aunque sólo sea una noche, para participar de mi satisfacción", escribió Mozart tras dirigir el estreno de su Don Giovanni.La obra, cuya primera representación se realizó el 29 de octubre de 1787, mereció ya desde el primer momento el fervor el público: "Aficionados y músicos", anotó un cronista de la época, "dicen que en Praga no se ha representado hasta ahora nada que se le pueda igualar. El señor Mozart dirigía él mismo, y cuando llegó a la orquesta se le aclamó tres veces. La ópera es difícil de ejecutar, y a todos maravilla la buena presentación después de tan poco tiempo de ensayo. Todo, teatro y orquesta, emplea sus fuerzas en recompensar a Mozart. El gran número de espectadores garantiza la acogida general". Y otro dijo: "¡Viva da Ponte! [el libretista], ¡Viva Mozart! ¡Todos los empresarios, todos los artistas les tienen que elevar al cielo! Pues mientras estos hombres vivan ya no se va a saber nada más de la pobreza del teatro

En ruinas

El viejo Tyl -inicialmente teatro Nostitz-, edificado pocos años antes del estreno de Don Giovanni, está siendo reconstruido con ayuda de la Administración austríaca, según informó la pasada semana en Viena Peter Weiser, coordinador del Año Mozart.El Tyl, que se encontraba totalmente en ruinas, acogerá de nuevo la famosa obra en noviembre del próximo año en un montaje dirigido por Lluís Pasqual y en el que la escenografía estará firmada por el italiano Ezio Frigerio, colaborador de Núria Espert en Salomé, La casa de Bernarda Alba, Elektra, Madame Butterfly y Rigoletto. Todavía se desconoce el reparto, que estará formado "por cantantes jóvenes; no habrá ninguna figura", según informó ayer desde París Borja Sitjá, colaborador de Pasqual.

La celebración mozartiana, que contará con gran número de conciertos, representaciones operísticas y teatrales y manifestaciones artísticas de todo tipo, algunas para el público infantil, se ha abierto en la Künsfierhaus -casa de artistas- vienesa con una gran exposición -que podrá verse hasta el 15 de octubre de 1991- que recrea la vida y obra del compositor en el contexto de su época.Organizada por el Museo Histórico de la Ciudad y diseñada por Marie-Luise von Plessen, experta del Museo Histórico Alemán de Berlín, y la arquitecta italiana Gae Aulenti, la exposición Sonidos Mágicos-Mozart en Viena presenta numerosos testimonios -trajes, armas, mobiliario, instrumentos musicales, pinturas- de los años -1781-1791- en que Mozart vivió en la capital austriaca.

Pero, si se exceptúan algunos manuscritos, cuenta, en cambio, con pocos recuerdos del compositor. Presenta, por ejemplo, un piano idéntico al de Mozart, pero el verdadero se conserva en la casa natal del músico en Salzburgo, ciudad que tanibién prepara su propia exposición.

Réquiem

La exposición vienesa tampoco ha podido contar, por poner otro ejemplo, con las partituras de trabajo y de entrega del célebre Réquiem -obra que el compositor dejó inacabada-, que la Biblioteca Nacional de Austria -institución en la que se encuentran depositadas- se reserva para exhibirlas en su Sala de Gala a partir del próximo 16 de mayo. Esta exposición "intentará esclarecer los detalles del último año de la vida de Mozart y sus relaciones con la religión, la masonería, sus contemporáneos y la muerte", según se anuncia en el programa de la conmemoración mozartiana.El programa incluye otras dos exposiciones: El mundo sonoro de Mozart -que permanecerá abierta desde el 2 de mayo hasta el 27 de octubre de 1991 en el Hofburg (residencia de los soberanos de la casa de Habsburgo)-, que recogerá los instrumentos de la época, y Mozart 1791-1991 -del 19 de noviembre de 1991 al 4 de enero de 1992 en la Sociedad de Amigos de la Música-, que mostrará la repercusión y la acogida que se ha dispensado a la obra del compositor durante su vida y desde su muerte hasta ahora.

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