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ESPACIO

Las averías ponen en peligro la misión del 'Columbia'

Los astronautas del transbordador Columbia y los técnicos de la NASA seguían ayer intentando poner en funcionamiento los cuatro telescopios del Astro 1, después de que los dos ordenadores de a bordo destinados a regular las observaciones fueran desconectados por problemas de calentamiento. Esta situación ha puesto en serio peligro el éxito de la misión, que también está sufriendo interrupciones en las comunicaciones con el centro de control en la Tierra. El jueves pasado incluso se taparon literalmente los telescopios del observatorio, que sigue en la bodega del Columbia.

Desde el centro de control de vuelos se han tenido que dar instrucciones verbales a los tripulantes en la nave, que intentan operar correctamente los telescopios desde la cabina con palancas similares a los joystick de los juegos de ordenador. Según han explicado los científicos, esta operación de apuntar manualmente los instrumentos hacia estrellas que están a distancias de miles de millones de años luz es como mirar con binoculares desde la cubierta de un barco en movimiento.Aunque todavía no se conoce la causa exacta de los fallos de los ordenadores, el director del vuelo, Al Pennington, ha explicado que los astronautas sintieron el jueves un olor a chamuscado y el segundo ordenador tuvo que ser desconectado. Los causantes del olor podrían ser unos hilos que se hallaron en las rendijas de ventilación de los equipos. El primer ordenador había sido apagado a las pocas horas de iniciarse la misión, al parecer por una causa similar.

Por si fueran pocos contratiempos, los sistemas de detección han registrado en la cabina de la tripulación un exceso de monóxido de carbono, un gas tóxico. Los técnicos confían en que el problema sea debido a un fallo en los instrumentos de medición. En cualquier caso, los médicos de la NASA creen que no hay peligro para la tripulación.

Con el Astro 1, un satélite que pesa 15 toneladas y que ha costado 15.000 millones de pesetas, los astrónomos quieren estudiar objetos del universo, como quásares y supernovas, midiendo la radiación emitida en longitudes de onda ultravioleta y rayos X, que no penetran en la atmósfera terrestre.

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