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Gladio intentó en 1973 "acabar con el PCI", afirma el general italiano Serravalle

Juan Arias

La organización clandestina Gladio (Espada), formada por patriotas y nacida en 1956 para defender el país de una posible invasión soviética, intentó en 1973 provocar una guerra civil "para acabar con el Partido Comunista Italiano (PCI)". Así lo ha declarado ante la comisión parlamentaria que investiga en Italia sobre el terrorismo el general Gerardo Serravalle, que entonces era el responsable de la Quinta Sección del SID, los servicios secretos militares italianos.

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El general Sarravalle cuenta que en una de las reuniones de los principales responsables de Gladio -red secreta vinculada a la OTAN- más de la mitad de sus miembros habia decidido "atacar frontalmente al PCI", alegando que era inútil esperar a que tomara cuerpo una invasión soviética, ya que se sabía que en dicha hipótesis el PCI habría apoyado desde el interior dicha invasión. De ahí el que afirmaran dichos dirigentes de Gladio: "¿Para qué esperar a que nos ataquen? Mejor que ataquemos antes nosotros".Sarravalle subraya: "Me encontré de repente al frente de una banda armada". Y añade que no teniendo poder para disolver la organización, decidió "desarmarla". Era 1973, año en el que, según las primeras declaraciones del jefe del Gobierno italiano, Giulio Andreotti, había acabado la actividad de la red secreta Gladio. Después de esa afirmación, Andreotti debió rectificar y señaló que la organizacion seguía en pie.

Por lo que se refiere a los nueve depósitos de armas de la organización Gladio, aún no recuperados, el primero de ellos fue hallado el pasado martes en el atrio de una pequeña iglesia de la localidad de Pordenone (al noreste de Italia), San Vito al Tagliamento. Han sido encontradas ocho cajas llenas de armas y municiones. Este hallazgo confirma las declaraciones de algunos militares que pertenecieron de los antiguos servicios secretos italianos, que señalaron que las armas estaban ocultos en iglesias y en la puerta de varios cementerios.

Ahora los jueces de Venecia que investigan el caso siguen buscando los otros ocho depósitos aún enterrados; sobre todo, ocho kilos de explosivos que también faltan para ver si son de mismo tipo de los usados en los sangrientos atentados de los años de la estrategia de la tensión -entre finales de los sesenta y los setenta-, que causaron en Italia la muerte de cientos de personas inocentes y de los que aún se desconocen los autores.

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