Ayer se firmó el traspaso de Aerolíneas Argentinas al grupo encabezado por Iberia
Poco antes de la medianoche en España, el presidente Carlos Menem inició con un discurso difundido a todo el país la ceremonia de traspaso de Aerolíneas Argentinas al grupo comprador que lidera Iberia. Dos horas antes, las partes habían firmado el contrato según los términos del acuerdo logrado en la madrugada, tras pasar todo el martes discutiendo cuáles serían las garantías para llevar a cabo la operación.
La venta del 85% de las acciones Aerolíneas se produce 15 días después del traspaso de la empresa estatal de teléfonos y ratifica el rumbo del plan económico puesto en marcha por el Gobierno. Menem considera que su política es "imparable" a pesar de las críticas de todo tipo que recibe desde sectores políticos y gremiales. El presidente argentino basa la legitimidad de su plan en las encuestas, según las cuales la mayoría de los ciudadanos desea la privatización de las empresas públicas, y en las leyes de Emergencia Económica y de Reforma del Estado que le permiten liquidar el patrimonio por decreto sin someterse al control del Congreso. Por su parte, los legisladores de la oposición advierten a los grupos compradores que los traspasos podrán ser revisados y anulados en el futuro si se violaran los requisitos exigidos en los pliegos del concurso.Por 130 millones de dólares al contado, otros 130 millones de dólares en 10 cuotas semestrales de 13 millones de dólares cada una que comienzan a pagarse dentro de cinco años, más 2.010 millones de dólares en bonos de la deuda externa argentina -que se cotizan a la sexta parte de su valor nominal- Iberia y sus socios argentinos adquieren el 85% de los bienes de una empresa que podrá facturar el próximo año unos 700 millones de dólares y que no tiene deudas porque las ha absorbido Argentina.
Discusión de las garantías
La discusión sobre las garantías, que obligó a postergar 24 horas la ceremonia de traspaso anunciada en principio para el martes por la noche, acabó en la madrugada de ayer cuando las partes alcanzaron un acuerdo. En el pulso entre ministros del Gobierno argentino se impuso al fin la opinión de Antonio González, el de Economía, que no aceptaba la intervención del Banco de la Provincia de Buenos Aires como socio financiero del grupo comprador. "No es posible", explicaba González, "que aceptemos a un banco oficial como garante de una inversión privada, aunque lo permita la interpretación de los pliegos del concurso". Por su parte, el ministro de Obras y Servicios Públicos, José Dromi, apoyaba la participación del Banco Provincia "porque en este caso actuaría como un banco privado y recibiría, además de la comisión correspondiente, una cantidad de beneficios muy importante". Según Dromi, "las contragarantías que recibía el Provincia eran absolutamente suficientes, líquidas y realizables".El superministro González había comprometido públicamente su opinión en declaraciones a la prensa, el martes logró el apoyo del presidente Carlos Menem.
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